La reforma eléctrica de AMLO no expropiará empresas: Manuel Bartlett

Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad, afirmó que la reforma eléctrica impulsada por el presidente de la República, Andrés Manuel López no representa de ninguna manera una expropiación para aquellos que hoy desde conglomerados privados ofertan 46 por ciento de la energía en México.

“Ese 46 por ciento es negocio, representa un mercado más grande que el de toda Argentina y Venezuela: No hay expropiación de empresas”, dijo el ex gobernador de Puebla.

“Se les invita a que participen en un sistema de competencia entre ellos y bajo control y regulación del gobierno mexicano; pueden crecer o invertir, pero bajo el control del gobierno, pues la electricidad en conjunto se convertirá en un sistema de interés público”, afirmó el ex senador del PT.

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El director general de la CFE recordó que desde la época salinista existen dos figuras: generadores independientes y sociedades de autoabasto, las cuales se afianzaron y fortalecieron con la reforma energética de 2013, con las cuales de forma amañada se indujo la privatización de actividades que eran exclusivas del Estado, esto es, la transmisión, distribución y entrega de la electricidad.

La reforma impulsada por el gobierno Enrique Peña Nieto y aprobada en 2013 representó un “atraco a la nación”, dijo el ex secretario de Gobernación del gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado.

“Menoscabó derechos históricos de la nación y se otorgaron beneficios ilimitados al sector privado”, con fórmulas de abasto de energía que han puesto en desventaja a la CFE, comentó el director de la empresa productiva del Estado.

La reforma eléctrica del presidente de la República no recibe de dichas figuras de inversión privada pago alguno por el uso de su infraestructura de transmisión –una infraestructura pagada por recurso público durante décadas– y además la Comisión debe solventar las intermitencias diarias en dicho abasto de privados, lo cual merma económicamente a la paraestatal, agregó.

Bartlett Díaz advirtió que de mantenerse este estado de cosas, la CFE está condenada a la extinción, y en manos privadas -fundamentalmente de empresas como Iberdrola, otras italianas, así como fondos de inversión internacionales cuya cara no es visible-.

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La reforma eléctrica hará que la inversión en energía se concentre en los espacios territoriales que resulten de interés de negocios, como grandes ciudades, y se abandone a las localidades rurales, generando una mayor desigualdad social en México y también una desigualdad entre los agentes del medio rural, agregó Manuel Bartlett Díaz.

Asimismo, ocurriría una elevación incontrolada de los precios de la energía.