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Jóvenes seris se preparan para llevar desarrollo a sus comunidades

Los jóvenes seris Luis Eduardo, Luis Miguel y Abigail estudian la universidad en Hermosillo para llevar el conocimiento a sus comunidades

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HERMOSILLO, Sonora. Salieron de sus comunidades para estudiar una carrera en Hermosillo: son 13 jóvenes que buscan ser médicos, enfermeros, abogados, ecólogos y lingüistas, para ayudar a la gente de la Nación Comcáac.

Punta Chueca y El Desemboque son comunidades pertenecientes al grupo indígena que cuenta con poco más de mil integrantes, quienes tienen numerosas necesidades y carencias, por lo que estos jóvenes seris representan una oportunidad de cambio.

Leer: Los seris somos un pueblo que le canta al mar: Zara Monrroy

El problema es que, por el momento, no tienen los recursos económicos suficientes para sostener sus estudios. A veces, ni siquiera para comer durante el día.

Estos jóvenes lograron espacios en la Universidad de Sonora (Unison) y la Universidad Estatal de Sonora (UES), donde recientemente iniciaron su vida académica. Y, aunque el pasado 13 de septiembre organizaron un concierto para recaudar fondos para los jóvenes seris, sólo obtuvieron cerca de cinco mil pesos.

Luis Eduardo estudia para atender a los enfermos en Punta Chueca.

Luis Eduardo Molina Martínez, de 19 años, ingresó a estudiar Enfermería en la Unison motivado por la falta de servicios médicos en Punta Chueca, comunidad de la que es originario y que pertenece al municipio de Hermosillo, ubicada a 141 kilómetros del centro.

El Desemboque está más lejano aún, pues pertenece al municipio de Pitiquito, separado por más de 350 kilómetros.

“Las necesidades son varias en Punta Chueca. Para empezar, hay un centro de salud, pero no hay nadie que lo maneje: no hay trabajadores, doctores, enfermeros. Por lo mismo, es una necesidad muy grande y pensando en eso empecé a estudiar enfermería”, dice Luis Eduardo.

“Me vine aquí con la mentalidad de dar apoyo a mi pueblo, (…) desde niño he visto esa necesidad y ya me cansé de ver ese problema”.

Luis Miguel estudia leyes para atender la violencia familiar que hay en sus comunidades.

Luis Miguel López Barnett, cumplirá 18 años el próximo noviembre. Actualmente, es estudiante de Derecho, aunque no sabe muy bien a qué rama quiere dedicarse. Ya tiene muy claro que quiere representar a la gente que lo necesite, sobre todo, cuando existen barreras de lenguaje.

“Los abogados son muy caros. Como no se pueden expresar bien usando el español, porque están más acostumbrados a usar la lengua seri, por eso ocupan a alguien que los represente bien y les entienda lo que están diciendo”.

En su pueblo hay graves problemas de maltrato y violencia intrafamiliar, fruto del consumo y dependencia de drogas. Miguel es consciente de que quizás él solo no pueda cambiar el destino de sus comunidades, pero quiere intentarlo. “Es un 50-50, porque nada es seguro”.

Va por la sustentabilidad de los seris

Del total de jóvenes, sólo Abigail Guatemala Morales, de 23 años, recibe el apoyo monetario de Célida López Cárdenas, alcaldesa de Hermosillo, quien se lo ofreció en una visita a Punta Chueca, afirmó la beneficiaria. Ella paga la renta mensual del departamento, que comparte con una de sus compañeras, con tres mil 600 pesos recibidos mensualmente.

Abigail estudia Ecología para aprender buenas prácticas en el aprovechamiento de los recursos naturales.

Abigail estudia Ecología en la UES, carrera a la que ingresó para trabajar en algunos de los temas medioambientales que aquejan a los seris, como el acceso al agua potable, las grandes cantidades de basura acumuladas y la pesca no regulada que se ejecuta en el territorio.

“Entré por el pueblo, porque lo necesita… por la basura, la explotación de la pesca y todo eso. Para hacer algo, porque, si no lo hago así -estudiando-, no me van a hacer caso”

Abigail Guatemala Morales, estudiante de Ecología en la Universidad Estatal de Sonora.

Los tres estudiantes tienen problemas para pagar su alimentación, pasajes, las rentas y servicios de las tres casas en las que están viviendo en Hermosillo.

La comida, a veces comemos una vez al día y así, pero ya nos estamos acostumbrando… pagamos todo eso y nos quedamos sin dinero”, contó Abigail Guatemala Morales.

A pesar de la condicionante de pobreza inherente en sus comunidades indígenas, la dinámica de organización entre ellos es como la de cualquier estudiante foráneo: juntan el poco dinero que tienen y buscan cómo administrarlo para tratar de hacer lo mejor posible con los pocos recursos. Sus padres -en su mayoría pescadores- apenas se mantienen en sus pueblos, con el resto de la familia y les envían el dinero que está en sus posibilidades.

Seris clave para sus pueblos

Zara Monrroy, promotora cultural de los seris y defensora de los derechos de la etnia, sostuvo que los jóvenes tienen derecho al estudio, pero no cuentan con becas o apoyos, así como sucede con muchos otros jóvenes indígenas de Sonora.

“Los activistas, artistas y profesionistas podemos ir de la mano, yo me imagino una comunidad mejor, yo creo que la historia puede cambiar si ellos logran terminar sus carreras, porque tienen unas que son muy clave para la comunidad”, dijo Monrroy.

Zara agregó que no se trata de dejar todo el trabajo a los gobiernos, sino de hacer en equipo entre la gente de los pueblos y las personas a las que les importa la Nación Comcáac para apoyar a los jóvenes, como ya es el caso de un ciudadano que se ofreció a becar mensualmente a una de las estudiantes como premio a sus buenas calificaciones.

Para apoyarlos, puede comunicarse a los teléfonos (637) 135 7088 y (662) 473 9110, o escribir a la página de Facebook: Comcáac Voces del Desierto.


Por Astrid Arellano

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