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Baja California

El taller de tamales de la dreamer mom Esther Morales ayuda a otras mujeres migrantes a emprender

Esther es una madre migrante, que pertenece al grupo Dreamer Moms

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TIJUANA, Baja California. A sus 61 años, doña Esther Morales regresó a su cocina en la zona centro de Tijuana a preparar tamales después del atentado que sufrió hace un par de meses, el pasado 27 de junio del 2020  y que casi le cuesta la vida. 

Esther es una madre migrante, que pertenece al grupo Dreamer Moms. El pasado mes de junio fue victima de un atentado en su local “La Antigüita” ubicado en el centro de la ciudad de Tijuana. Tiene una hija que es Doctora en Psicología y que actualmente reside en Los Ángeles, California. 

Doña Esther vivió en Estados Unidos pero desde hace 10 años radica en Tijuana porque fue deportada. Desde entonces vende tamales. 

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Este lunes, junto con un grupo de activistas, emprendió un nuevo taller para enseñar a las mujeres migrantes a elaborar tamales para que ellas aprendan y monten su propio negocio desde su casa.

“Este es el cuarto taller de la realización del tradicional tamal de elote, este taller nace de las ganas de compartir de Esther después del atentado. Me dice: ¿sabes qué? Si esta es una nueva oportunidad de vida hay que darle con todo”, comparte a Cobertura 360 la activista pro migrante, Gabriela Cortez. 

Además de compartir la receta de sus tamales de elote, Doña Esther invitó a este grupo de mujeres migrantes al taller como una forma de emprender. “Yo les dije que quiero, ya es hora de aprender y emprender, yo comencé con una docena y con un molino de mano, ya viene la época en que son doce docenas diarias”, dice Esther.

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A su cocina asistieron varias mujeres que en las próximas fiestas esperan también vender tamales como Esther. Una de ellas es María Gutiérrez, quien dice: “Es la primera vez que recibo una invitación de aquí con la señora Esther, es un éxito para su negocio, sus tamales son muy deliciosos.”

De esta pequeña cocina, Esther ayudó a su única hija a solventar sus gastos de vida en Los Ángeles. “Mi hija es doctora en Psicología, mi hija terminó  su carrera, ahora está acomodándose en un hospital psiquiátrico, yo le pagaba de aquí, le compraba el ticket para viajar en bus y que viniera a visitarme”.

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