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El Extranjero

El francés Anthony Loffredo esculpió su cuerpo para parecer un alien negro

Es una de las cinco personas más tatuadas y modificadas del mundo

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Foto: Roberto Hernández

Hasta hace unos años, el francés Anthony Loffredo lucía como una persona normal, con cabello y barba negros y tez blanca, sin demasiadas señas particulares que pudieran distinguirlo del joven europeo promedio.

Ahora, con 34 años de edad, Loffredo luce sin cabello, ni barba, ni tez blanca. En realidad, para muchos podría ya no lucir como una persona normal -cualquier cosa que eso signifique- porque hace siete años este hombre, que entonces trabajaba como guardia de seguridad, emprendió un proyecto extremo: modificar su cuerpo lo más posible para poder parecerse a un black alien (extraterrestre negro) o cuando menos, a su idea de cómo luce una criatura de este tipo.

Para lograrlo, Anthony pintó su cuerpo por completo con tinta negra, incluida la esclerótica, que es la parte blanca de los ojos, además de que se hizo varios implantes en el cráneo, las sienes y el antebrazo.

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Como parte de ese proceso de transformación, también se hizo extirpar la punta de la nariz y las orejas, modificó sus labios, partió su lengua en dos y la pintó de verde fluorescente y se extirpó dos dedos de la mano izquierda, para convertirla en una garra.

“Mi cuerpo ahora es la representación de cómo pienso… Soy un escultor que esculpe su arte, sólo que yo lo hago con mi propio cuerpo… Y nada más; sólo soy un hombre, alguien libre… Mi ideal de perfección se basa en sentirme bien; si tú te sientes bien, esa es la perfección”, dijo.

Anthony Loffredo visitó la Ciudad de México como parte del cartel de la reciente feria “Expo Tattooarte”, en la que aprovechó para hablar de su proyecto artístico, convivir con sus seguidores y tatuar a otras personas.

Cuenta que, aunque desde muy joven le apasiona la alteración y las transformaciones del cuerpo humano, esperó hasta cumplir 27 años para comenzar con este proyecto, primero porque aún vivía con su madre y no se sentía seguro de hacerlo en ese entorno, pero también porque quería esperar a ser un poco más maduro:

“Uno no puede tomar estas decisiones a los 20 años, cuando todavía eres tan joven… Por ejemplo, la modificación de la nariz me la hice hace dos años, aunque me la quería hacer desde hace cuatro. Cada modificación la pienso bien y la asimilo antes de llevarla a cabo”, comenta.

Ante la pregunta de qué más le hace falta modificar, se muestra un poco reservado… Dice que es algo que por el momento prefiere guardar sólo para sí mismo, aunque en otros momentos ha dicho que podría hacerse algunos ajustes en las piernas y en otros dedos de las manos y de los pies.

En una reunión que tuvo hace tiempo a través de Instagram Live, Anthony confesó que llegó a experimentar ciertos problemas con su forma de hablar, luego de que modificó su labio superior y su nariz.

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“Yo sé que juego con mi salud -acepta-, pero para mí la salud es muy relativa: Hay gente que no fuma, pero que le da cáncer de pulmón, y gente que fuma toda su vida y no le pasa nada, o deportistas que mueren de un ataque cardíaco… No sé, yo creo que también es cuestión de suerte”, afirma.

Dado que las alteraciones corporales dañinas son ilegales en varios países europeos, incluido Francia, Anthony Loffredo tuvo que viajar a Barcelona, en España, donde un cirujano llamado Oscar Márquez le realizó las modificaciones de labios y nariz.

Sobre la experiencia, escribió: “Gracias @oscarmarquezbodymod habrás marcado mi vida. Ahora puedo caminar con la cabeza en alto. Estoy orgulloso de lo que hicimos juntos”.

Considera que prácticamente todos los aficionados a los tatuajes comentan que sufren de discriminación, me imagino que a ti también te pasa.

Sí, yo lo sufro siempre, por ejemplo, a veces cuando voy a algún restaurante no me dejan comer en la terraza, o muchos taxis simplemente no quieren parar para llevarme, pero si ven a una chica rubia a ella sí le hacen parada… Es algo que me sucede mucho.

Estas actitudes son normales. Hay gente a la que no le gusta y hay gente a la que sí. Yo entiendo que haya personas a quienes no les guste, pero lo respeto. Yo creo que la base de la vida es el respeto entre cada persona, añade.

Anthony Loffredo dice que hay gente a la que le gusta y que me ve como una imagen casi divina, porque gracias a mí ellos se sienten mejor y eso me alegra mucho. “Aunque yo todo esto lo hago sólo por mí, pero si puedo mandar un mensaje a una persona que se siente mal con su cuerpo o que se siente discriminada por el color de su piel, pues yo encantado de poder ayudar”.

Lejos de mantenerse ajeno a las reacciones que genera su proyecto, a Anthony Loffredo le gusta ser testigo de ellas y explorar el contraste entre el papel que interpreta y su ser interior.

Explica que le gusta caminar, comer algo en casa, ver los partidos de fútbol, el fútbol me encanta… También me gusta mucho escuchar música, salir a la calle, ir de fiesta.

Me gusta toda la música que sea muy emocional, algo que me toque. Yo funciono mucho con la conexión de las emociones, así que me gusta la música que me toque, que me emocione. No tengo un estilo de música favorito, puede ser música techno, romántica o metal…. No sé.

También la pintura, la escultura. Me gusta todo el arte en general, porque para mí el arte es muy importante… No puedo imaginar un mundo sin arte, porque es algo que necesitamos para vivir… Para mí el arte es una de las cosas más importantes.

En ese sentido, menciona que su pintor favorito es Van Gogh, “me gusta su estilo, que es tan diferente al de la mayoría de los pintores, además de que él también vivió en mi misma ciudad”.

Alejandro Castro | El Sol de México

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