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Sonora

Las mujeres del AndamioSteatro rescatan el centro histórico de Hermosillo

Un grupo de artistas que integran AndamioSteatro decidió rescatar la construcción en ruinas en el centro de Hermosillo

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HERMOSILLO, Sonora. Una casa abandonada puede tomar miles de formas y usos una vez que alguien se interesa por ella. En el centro de Hermosillo, un grupo de artistas que integran AndamioSteatro decidió rescatar la construcción en ruinas que, luego de mucho trabajo, se convertiría en su espacio creativo, pero además en el semillero del rescate de una calle entera.

AndamioSteatro es una compañía preocupada y ocupada en la recuperación de los espacios públicos desde la independencia y la autogestión.

Este grupo integrado en su mayoría por mujeres artistas, desde 2011 tomó el estandarte del rescate de la calle Sufragio Efectivo -marcada por el descuido y el vandalismo- acción a la que se sumaron muchos más artistas para crear la hoy nombrada “Calle del Arte”.

El Cerro de la Campana, en la capital, enmarca la casa de teatro hecha de adobe y ladrillo, rodeada de otros tantos edificios de las mismas características que, poco a poco, se han ido convirtiendo en galerías de arte, cafés y casas de teatro a disposición de la ciudadanía.

“Es un espacio donde nosotros apostamos a que la transformación no sea de las paredes para acá, sino de las paredes hacia afuera”, dijo Hilda Valencia, actriz, maestra y directora de teatro con más de 30 años de trayectoria y quien lidera el proyecto AndamioSteatro.

Muestra de esto es que, en equipo, iniciaron el primer movimiento de muralismo para darle color a la calle, proyecto que, años después y con el apoyo de numerosos artistas y gestores culturales, se expandiría por todo el centro de la capital sonorense.

“Casa Andamios es una casa que fue tomada en febrero del 2011 y que, en ese mismo año, en marzo, se abrió como un espacio no solamente para el grupo, sino como un espacio paras las artes”, comentó a Cobertura 360.

Los espacios de esta casa que antes estaban quemados, roídos por el tiempo y llenos de basura, sin servicios como agua ni luz, y que la agrupación se encargó de gestionar con sus dueños para permanecer en ellos, limpiarlos y adecuarlos, en ocho años de existencia, han contado con numerosas obras teatrales, presentaciones de danza y de libros, festivales, exposiciones pictóricas y proyecciones de cine.

Incluso, además de los espacios dedicados meramente a la creación artística y de su escenario ubicado en el patio, dentro de Casa Andamios hay dos bibliotecas: una de arte y otra feminista.

“En Andamios, somos dos hombres y ocho mujeres, donde ha sido coincidencia que nosotras seamos la mayoría”, narró la maestra, “pero sí ha sido muy interesante y muy fuerte, porque sí hay una visión diferente de hacer las cosas”.

Entre los proyectos de AndamioSteatro que tienen que ver con el desarrollo, destaca “Arte en tu barrio”, que se encargó de trabajar con niños, jóvenes y adultos en distintas actividades artísticas y culturales, pero también de involucrarlos en el rescate del parque Juan Álvarez, en la colonia Centro, para que las familias se apropiaran de él y pudieran usarlo de nuevo.

“En nuestro laboratorio, tenemos nuestro espacio para ir creando, pero no solamente hacemos teatro, hacemos otro tipo de proyectos que tienen que ver con la inserción social”, dijo Valencia.

“Nos la pasamos todo el tiempo pensando en que el arte tiene que ser una cuestión de vinculación social, que no puede ser solamente un laboratorio para locuras artísticas -que sí, tiene que serlo, porque la imaginación en algún lugar hay que estimularla- pero, sobre todo, cuál es el sentido de hacer arte, cuál es el sentido de hacer teatro y para quién hacemos teatro”, explicó la integrante de AndamioSteatro.

Las Matriarcas

El patio de la casona hoy es el inframundo y estamos en una cantina clausurada. Las mesas tienen cerveza, refrescos, palomitas y cacahuates que cuatro mujeres bien muertas han dispuesto para atender a los invitados.

Malintzin, o “La Malinche”, mejor conocida por ser una traidora; Elena Garro, una escritora sin mayor mérito que ser la esposa de Octavio Paz; Lilith, la pecadora primera esposa de Adán; y María Izquierdo, una pintora desconocida y a veces confundida con Frida Kahlo, explican por qué son mujeres con voz, por qué tienen un valor propio y por qué no merecen ser recordadas por mitos de la historia escrita por los hombres.

Cabaret “Las Matriarcas” es la nueva puesta en escena colaborativa entre AndamioSteatro y el Colectivo Lo que viene del Sol, bajo la dirección de Ana Francis Mor, fundadora de la legendaria compañía de cabaret Las Reinas Chulas.

Las vidas de cuatro mujeres atrevidas, revoltosas y transgresoras se mezclan en una comedia con la que, más allá de dar un mensaje al público, invitan a la reflexión y análisis de la violencia de género en todas sus vertientes.

Para ello, también sumaron a José, un experimentado feminicida que jamás fue capturado y quien explicará a las mujeres las claves para evitar ser asesinadas por los hombres, en algunos sencillos pasos: no reír, no hablar, no respirar. No existir.

“En estos tiempos de tanta violencia, casi el mensaje que nos dan es que las mujeres no hablemos, no hagamos nada, escondámonos en nuestra casa y un poco habla desde eso”, explicó la actriz y directora, “que las mujeres tenemos derecho de hacer, de vestirnos como queramos, de expresarnos.

Deberíamos tener la libertad de caminar de noche, de no estar temiendo que nos pasen cosas y digo, afortunadamente, ocurrió lo que está sucediendo a nivel mundial con el movimiento feminista, de dar voz desde esa violencia que no queremos pero que se genera y que hay un sistema al que no le interesa acabar con ella, porque es una forma de pensamiento”, sostuvo.

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Por eso, a las compañías les pareció importante presentar la contraparte de las mujeres con voz y del personaje feminicida que tiene una, pero a través de la violencia, aunque no la demuestre.

“La única parte que era clara, es que queríamos hablar de mujeres”, dijo Valencia, “mujeres a las que se les ha negado la voz en la historia del país y del mundo o que son mitos malinterpretados y que se quedan en la historia”.

Valencia precisamente interpreta a la Malinche, un personaje escrito por ella misma -al igual que lo hicieron el resto de actrices y actor- con el que además buscó hablar de la identidad nacional contemporánea.

“Me parecía importante hablar de este personaje desde ahí, desde quiénes somos y por qué le damos este atributo de traidora cuando tuvo su valía o su valor como mujer; fue esclavizada, vendida, sometida, estuvo junto a dos fuerzas: los conquistadores y los sometidos… es hablar desde ahí, desde el cabaret que nos permite crear empatía entre los personajes y el público”.

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Anitza Palafox y Manuella Rábago interpretan a Lilith y a María Izquierdo, respectivamente. A decir de ellas, estos dos personajes les generaron una conexión profunda al conocer y reescribir sus historias, por lo que, interpretarlas en el escenario, es una celebración de sus vidas. Que escucharlas hablar son pequeños -y amistosos- ganchos al hígado que, como único fin, tienen provocar algo en el espectador.

“Es un momento de gozo”, dice Manuella sobre la experiencia de entrar a la cantina de Las Matriarcas, “de celebración, de libertad, me encanta ver a la gente que se libera y ríe; eso nos alimenta a nosotros”.

Y Anitza agrega: “Todo es a partir de la honestidad, de lograrla con el público y, a partir de ahí, que surja lo que tenga que surgir, que a veces no son solo risas”.

Cabaret “Las Matriarcas”, cuenta además con la actuación de Diana Reneé Gerardo, como Elena Garro, y de Roberto Borbón como José, y tendrá una nueva temporada en AndamioSteatro por anunciar en 2020.

Por: Astrid Arellano

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