Los Pranes son el arma secreta del régimen de Nicolás Maduro

En Venezuela, los pranes son líderes de pandillas carcelarias, quienes desde prisión organizan campañas mediáticas de apoyo para candidatos oficialistas a puestos políticos e incluso han sido utilizados por el régimen de Nicolás Maduro para reprimir en la frontera.

El país sudamericano celebra este próximo domingo elecciones regionales y municipales. Estos comicios volverán a tener observadores de la Unión Europea tras 15 años de ausencia de misiones internacionales. Más importante aún, contarán con el retorno de la oposición, que no participaba desde 2018.

De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), este 21 de noviembre se eligen gobernadores de los 23 estados, 335 alcaldes, 253 legisladores de los Consejos Legislativos y 2.471 concejales municipales. En total, hay 3,082 cargos en juego.

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Ahí es donde entra el respaldo político de los criminales profesionales o pranes, que suele ser una cuestión de chantaje y financiación de campañas. Pero una pandilla carcelaria en Venezuela, el Tren de Oriente, rompió con la tradición, lanzando un video en el que sus miembros dieron apoyo a candidatos oficialistas.

En las pasadas elecciones primarias convocadas por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en el poder, fue difundido en redes sociales un video en donde dos prisioneros de la cárcel de La Pica, ubicada en el estado de Monagas, expresaron públicamente su apoyo a un grupo de candidatos locales.

Dos internos afirmaron que el Tren del Oriente apoyó a la actual gobernadora de Monagas, Yelitze Santaella, así como a los candidatos a alcaldes en los municipios de Maturín, Ezequiel Zamora y Santa Bárbara.

La cámara luego se dirige a una gran multitud de prisioneros que aplauden y corean el nombre de Yelitze, quien actualmente aspira a su tercer periodo consecutivo como gobernadora y es una veterana militante del PSUV.

Una investigadora que pidió reservar su nombre por motivos de seguridad, le dijo a InSight Crime que el Tren de Oriente es una megabanda de origen carcelario que utiliza como eje operativo el Centro Penitenciario de Oriente, también conocido como cárcel de La Pica, ubicada en el estado de Monagas.

“Ellos manejan allí la extorsión y la droga. De hecho, todo el monopolio de la droga básicamente sale de ahí, de La Pica. Y las extorsiones, por ejemplo, son destinadas a comerciantes con el pago de vacunas”, puntualizaba la investigadora.

Altos funcionarios dentro del gobierno del presidente Nicolás Maduro han sido vinculados con algunas de (pranes) pandillas carcelarias, permitiendo que estas organizaciones continúen e incrementen sus actividades delictivas a cambio de diversos tipos de apoyo.

La exministra de Prisiones, Iris Varela, habría mantenido vínculos con Teófilo Rodríguez, alias El Conejo, líder de la ya cerrada prisión de San Antonio en la isla de Santa Margarita, así como con Wilmer José Brizuela, alias Wilmito el exjefe de la prisión de Vista Hermosa, en el estado de Bolívar.

Los presos de estas pandillas también han sido utilizados por el régimen chavista. En febrero de 2019, unos 40 reclusos de la penitenciaría de Santa Ana en el estado de Táchira fueron presuntamente enviados a la frontera por orden del gobierno para detener la entrada de ayuda humanitaria a Venezuela.

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“Si ellos (el gobierno estadounidense) nos amenazan con cinco mil marines, nosotros tenemos a 45 mil privados de libertad”, fueron las palabras que la exministra de prisiones, Iris Varela, señaló en entrevista a InSight Crime.

El fenómeno ha crecido tanto, que ahora también ya se identifican a mujeres pranes, un informe presentado por una ONG especializada en materia penitenciaria en Venezuela muestra cómo ellas también comienzan a asumir roles de liderazgo criminal en las cárceles de ese país.

En su más reciente estudio titulado “Situación de las mujeres privadas de libertad en Venezuela”, una narrativa desde las vivencias, la ONG Una Ventana a la Libertad identificó que las mujeres presas en centros de reclusión han adoptado las prácticas criminales características de los pranes, como un mecanismo para garantizar su subsistencia y sacar alguna “rentabilidad” de su tiempo en prisión.