La fabricación de la silla Acapulco es el sostén de las familias

ACAPULCO, Guerrero. La calle es su centro de trabajo y la habilidad de sus manos de Don Miguel se han convertido en su herramienta para ganarse la vida en tiempos de pandemia por el Covid-19 con la fabricación de la mítica silla Acapulco.

Provisto de un cuchillo, una caja de fósforos, plástico y los armazones de acero, recorre las calles en busca de clientes potenciales, principalmente cerca de los mercados.

A veces no vendo ni una silla Acapulco, pero cuando me pinta el día me gano mis 800 pesos y con eso sostengo a mi familia, dice este emprendedor, quien todos los días sale a ganarse a la vida.

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Aunque no le gusta hablar mucho, brevemente dice que compra los armazones de acero y el plástico, busca un lugar en donde no estorbe, pero también que vean su trabajo.

Así que las banquetas se utilizan en su taller y es ahí en donde su destreza queda de manifiesto, al tejer con gran habilidad los sillones de acero, utilizando vistosos colores.

Don Miguel comenta que tiene tres años en este oficio aprender el tejido con el plástico distintas figuras de las sillas Acapulco. Aunque lo que más le piden es el tradicional, tejido simple.

En menos de una hora teje un sillón y lo vende en 400 y 600 pesos, obteniendo un margen de ganancia aceptable, porque tiene que comprar el armazón y el plástico, así como los fósforos.

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Pero también le dan a tejer sillas Acapulco que están en mal estado o que por su uso el plástico se rompió, como ocurrió con el que iba a reparar al momento de la entrevista.

-¿Es difícil tejer con el?

No, pero si le quitan el tiempo a uno, pues no se puede trabajar …

-Ahh, gracias por la entrevista.

Celso Castro | El Sol de Acapulco