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“La Acabadora”, un ángel de la muerte que existió antes de la eutanasia

Aunque en la actualidad esta forma de terminar con la vida sigue siendo un tema polémico, en otras épocas, en la provincia italiana de la Cerdeña pudo haber un antecedente

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Foto: Especial

A lo largo del tiempo, muchas sociedades han desarrollado relaciones especiales con la muerte, como sucede con las tradiciones prehispánicas en México, y en Italia sucedió algo similar con la figura de “la Acabadora”, una mujer que terminaba con la vida de las personas moribundas o enfermas de gravedad.

En la actualidad, el tema de la eutanasia, al que inevitablemente nos conduce esta figura italiana, sigue siendo tema de discusión, al grado de que pocos países en el mundo han reglamentado su aplicación. Lo anterior, se debe principalmente a la fuerte oposición de la Iglesia y a su influencia en la idiosincrasia de las sociedades alrededor del mundo.

Y es el mismo choque con las creencias judeo cristianas lo que ha dificultado confirmar la existencia de “la Acabadora”. Si bien en la tradición rural de Italia esta ocupación se ha mantenido en el imaginario a lo largo de generaciones, la realidad es que no existe un registro de tal actividad.

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De acuerdo con la información que se tiene, “la Acabadora” era una mujer que acudía a la casa de los enfermos de gravedad cuando pedían terminar con su sufrimiento y acababa con su vida utilizando un mazzolu, o martillo de olivo, con el que golpeaba la cabeza de la persona.

En otras versiones, la mujer podía utilizar la ropa de la cama o sus manos para asfixiar al enfermo que pedía terminar con su vida.

Asimismo, existen testimonios de que esta persona también asistía los partos en las comunidades, por lo que jugaría un papel especialmente singular en el ciclo vital.

Sin embargo, el elemento que se repite en los relatos que se han logrado recabar sobre las acabadoras, todo el proceso tenía un aura ritual, y se llevaba a cabo discretamente, ya que se consideraba como asesinato y como herejía por la iglesia católica.

Por otro lado, esta figura del imaginario italiano inspiró en 2011 a Michela Murgia, quien la retomó en su novela La Acabadora. En ella retrata la particular relación que se mantenía en el microcosmo de la Cerdeña (provincia de Italia) con la muerte llevada por estas mujeres.

Sólo por encontrarle un paralelismo, la novela realiza un ejercicio similar a lo que en México hizo Juan Rulfo al escribir Pedro Páramo y retratar el México profundo y su relación con la muerte.

En la pantalla grande también podríamos encontrar un reflejo en Midsommar (2019), película esrita y dirigida por Ari Aster, en la que durante una escena los miembros de la comuna en la que se ambienta acaban con la vida de un anciano dándole golpes con un mazo en la cabeza.

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Hay que mencionar que la posible relación de “la Acabadora” con esta cinta no es la única referencia a la terminación asistida de la vida. El anciano al que le golpean la cabeza, momentos antes había saltado de un acantilado con otra mujer de la tercera edad, haciendo referencia al ättestupa del folclor nórdico, donde los adultos mayores se lanzaban desde un acantilado.

A pesar de la bruma que se mantiene alrededor de “la Acabadora” su relevancia es tal que un museo etnográfico en el pueblo de Luras, en Italia, alberga un mazo que, de acuerdo con la investigación del fundador del museo, Piergiacomo Pala, habría pertenecido a una de estas mujeres.

Yahir Fragoso | El Sol de México

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