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Sonora

En “Cicatrices”, Martha Antillón narra la tragedia donde perdió a sus padres y hermanos en 1970

Martha Antillón escribió la historia de sus padres y sus tres hermanos mayores fallecidos el 20 de diciembre de 1970 en Tucson, Arizona

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HERMOSILLO, Sonora.- La primera vez que se atrevió a investigar el pasado de su familia, Martha Antillón se quedó helada. Le bastó leer el primero de los resultados en Google, después de teclear la frase “Incendio en el Hotel Pioneer”, para decidir detenerse.

“Me topé la lista oficial de víctimas, con los nombres y la causa de muerte”, dijo Antillón a través de una videollamada en Zoom. “Tenía cerca de 40 años en ese entonces y fue tremendo verlo por escrito”.

En el libro “Cicatrices”, Martha Antillón, periodista de origen hermosillense, pero radicada en Tijuana desde la infancia, escribió la historia de sus padres y sus tres hermanos mayores fallecidos, entre un total de 29 víctimas, el 20 de diciembre de 1970 en Tucson, Arizona.

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Fue poco después de la media noche, en vísperas de Navidad, cuando el incendio arrasó con el inmueble reconocido por ser uno de los primeros edificios de considerable altura en la ciudad, con sus once pisos.

Sin embargo, el libro va mucho más allá, pues no solo narra la historia de una familia que fue rota por una tragedia, sino la forma en la que esta marcó a la propia historia de Hermosillo y de cómo, la vivencia de los Antillón Valenzuela, puede resultar un espejo para muchas otras familias.

La obra que se publicó en noviembre de 2020 por la editorial Galaxia Literaria, en el marco del 50 aniversario del evento, fue presentada por el Instituto Sonorense de Cultura en una transmisión en vivo el pasado 23 de abril, en la celebración del Día Internacional del Libro, con la participación de la autora y del doctor Joaquín Robles Linares, director de la Casa de Cultura de Sonora.

“Yo apenas había cumplido un año”, narró la escritora. “En términos reales, no tengo memoria alguna, sin embargo, los hechos irremediablemente marcan mi vida y del resto de mi familia porque, para empezar, se decide, al cabo de un año, que nos tenemos que separar los seis huérfanos que quedamos sobrevivientes: quedamos divididos tres y tres, unos con un tío, de parte de mi padre, en Monterrey y, los otros tres -mi hermano Joaquín, mi hermana María Isabel y yo- a Tijuana”.

Y agregó: “Mi padre era el doctor José Antillón -el doctor Pepe Antillón, como todos lo conocían- y mi madre, Ignacia Valenzuela Aguayo, Nachita… éramos nueve hermanos en total, yo la más chica. En el accidente, única y exclusivamente estaban mis cuatro hermanos mayores:  Martín, Javier y Catalina, que fallecieron, mi hermano José también estuvo, pero sobrevivió; los demás nos habíamos quedado en Hermosillo y no fuimos a ese viaje y por eso salvamos la vida”.

De cierta manera, Martha creció aislada de la tragedia y no fue sino hasta hace unos 10 años que empezó su interés por conocer a fondo los detalles del accidente y de los años posteriores. Su interés era el de novelar la historia, pero, conforme avanzó el proyecto, se dio cuenta de que no podía negar su formación periodística.

“Hay muchos aspectos del libro manejados desde la perspectiva periodística y otros desde una muy personal: eso le da dinamismo al libro, por un momento, parece que estás leyendo a la periodista y otro a una mujer de 51 años o a Martha a los siete y a los 18, pero, por supuesto, que en lo que se refiere a la recopilación de datos, como cualquier otro tema que quisiera yo desarrollar, es por supuesto leyendo todo lo que estuviera a mi alcance con respecto a la noticia en sí, al incendio del Hotel Pioneer”.

Lo mismo ocurrió cuando tuvo que comportarse como reportera y entrevistar a José, su único hermano sobreviviente directo del incendio, cuando tenía 14 años recién cumplidos y quien no había hablado de la tragedia antes.

“Él sí estaba en el hotel, pero fue la única persona que sobrevivió, de pronto, me tenía que poner el saco de reportera y de alguna manera separar y mantener mis emociones a raya y, en otros momentos, quitármelo y no sólo eso, sino desnudar mi alma con el lector”.

Para Martha Antillón, narrar la historia de su familia no tuvo un fin terapéutico o con la intención de resultar sanador, sino que, simplemente, se sintió motivada por el impulso de escribir, con la mera necesidad de saberse poseedora de una historia que merecía ser contada.

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“Cada familia tiene algo que contar, todos experimentamos pérdidas, dolores y dificultades”, agregó Martha Antillón. “Para mí, las cicatrices son estas marcas indelebles que nos deja el simple hecho de vivir y que son tan individuales como el ADN, pero, a la vez, universales porque todo mundo las tiene. Para mí, el proceso de escritura me llevó a descubrir cuáles eran mis cicatrices y, al compartirlas, buscar despertar en el lector una conexión, una sensación de similitud”.

Los ejemplares físicos de “Cicatrices” estarán a la venta en Josefina Café con Pan, en Av. Guillermo Prieto #22, col. Constitución, en Hermosillo.Además, ya están disponibles para compras digitales en Amazon y desde el sitio web de la autora www.marthaantillon.com. Puedes seguir las noticias sobre las próximas presentaciones y puntos de venta a través de su Instagram @martha_antillon_es.

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