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El Extranjero

Amazonia es una muestra fotográfica que revela las verdaderas intenciones de Jair Bolsonaro

La más reciente exposición del fotógrafo Sebastiao Salgado evidencia el nulo compromiso del presidente brasileño con el medio ambiente

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Foto: @sebastiaosalgadooficial

“Tenemos que luchar por todos”, fueron las palabras del reconocido fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado al presentar su nuevo trabajo titulado “Amazonia”, al tiempo que pidió “ayudar a los movimientos de resistencia brasileños” a frenar la deforestación en el pulmón más grande del planeta, pues el presidente Jair Bolsonaro quiere “hacerse con los territorios indígenas y los parques nacionales” para desarrollar nuevas extensiones agrícolas.

Para lograr el materia fotográfico, cuya muestra fue presentada a finales de mayo en París, Francia, Salgado pasó siete años en las entrañas del mayor bosque tropical.

El fotógrafo de 77 años consideró este trabajo el más personal y reivindicativo y con el que pretende celebrar “lo que todavía queda para lograr protegerlo” y ha dejado claro que su lucha a través de la fotografía está lejos de terminar.

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“Queremos que la gente que venga a ver esta exposición tome conciencia de lo que es la Amazonia. No es sólo una gran planicie con grandes ríos en el centro. También es la montaña, un sistema de agua, los ‘ríos voladores’ que llegan hasta casi todas las regiones del mundo y las comunidades indígenas. Es por lo tanto una tentativa de presentar la Amazonia”, dijo el artista.

Inaugurada en la Filarmónica de París, la exposición surge con vocación internacional, pues se tiene pensado que viajará a ciudades como Londres y Roma, además de Sao Paulo y Rio de Janeiro.

Como lo hizo con “Génesis”, proyecto en el que retrató los lugares más bellos del mundo, las fotografías de Salgado atrapan la mirada de todo espectador, adentrándose al escenario captado entre los contrastes de la escala de grises que caracterizan a sus fotografías.

Sebastiao “desmenuza” al Amazonas para contemplar cada uno de los elementos que componen a este gran ecosistema que ocupa casi un tercio del continente sudamericano y que abarca a nueve países, principalmente Brasil.

Por ello, Salgado aseguró que “la Amazonia es la prehistoria de la humanidad, el paraíso sobre la Tierra”.

En la Amazonia, Salgado hizo más que retratar los cautivadores e impresionantes paisajes que la naturaleza misma obsequia. También acercó la fotografía a los 10 grupos indígenas con los que convivió en el lugar por más de siete años.

De manera un poco improvisada, el fotógrafo colocó una sábana colgada al fondo, entre los árboles, e invitó a los miembros de los yanonami, los marubo, los yawanawá, entre otros, a su estudio. Los resultados fueron fotografías completamente profesionales que dejaron ver la esencia de las personas originarias del lugar.

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En algunos casos, los habitantes se vestían especialmente para la ocasión, pintaron su cuerpo o colocaron tocados elaborados con plumas de aves.

“El gobierno de Bolsonaro dice una mentira tras otra”, afirmó Sebastiao Salgado, respecto a si cree en el compromiso del presidente brasileño sobre eliminar la deforestación ilegal en su país para 2030.

“Da la impresión de que resuelve los problemas, pero miente para seguir destruyendo”, dijo el artista luego de la declaración del gobernante en un encuentro organizado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en abril, mes cuando hubo la mayor destrucción de bosque amazónico, de 580 mil 55 kilómetros cuadrados deforestados.

Salgado precisó: “la gran esperanza es que juntos logremos frenar la destrucción de los biomas amazónicos, que consigamos protegerlos, así como a las comunidades indígenas. No solo para preservarlos, sino porque los necesitamos para el planeta: la Amazonia garantiza una gran distribución de humedad en el planeta (…), además de secuestrar el carbono gracias a estos millones de árboles que se ocupan de transformarlo y de liberar el oxígeno que respiramos”.

En mayo pasado, mil 180 kilómetros cuadrados fueron deforestados en la Amazonía, lo equivalente a un aumento de 41 por ciento respecto al mismo periodo de 2020 y un récord para un mes así, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

Lo anterior significó el tercer mes consecutivo de récords mensuales en deforestación en el mayor bosque tropical.

“El dato es preocupante, porque el mes de mayo marca el inicio de la estación seca, cuando la devastación se intensifica en gran parte de la región amazónica”, alertó la red de ONG Observatorio do Clima.

Pese a la promesa de Bolsonaro sobre la deforestación en la Cumbre del Clima, el presidente de ultraderecha ha negado que el cambio climático sea provocado por las actividades humanas, por lo que ha calificado a las organizaciones ambientalistas como un “cáncer” y ha promovido la apertura comercial de la Amazonía desde que llegó a su cargo en 2019.

En contraparte, los ambientalistas aseguran que su gobierno es omiso y lo acusan de sabotear la protección al medio ambiente, pues según el Observatorio do Clima, en el país sudamericano su administración se ha dedicado a “desmontar las políticas de control de la deforestación”.

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Por si fuera poco, el ministro del Medio Ambiente, Ricardo Salles, es investigado por la justicia brasileña por su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera, por supuestamente facilitar la venta irregular hacia Europa y Estados Unidos.

Desde que Jair Bolsonaro llegó al poder se ha registrado un repunte en la deforestación de la selva tropical, pues en los 12 meses previos a agosto de 2020, la deforestación en la Amazonía brasileña aumentó 9.5 por ciento, destruyendo un territorio mayor al de Jamaica, según datos oficiales.

Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change aseveró que los bosques de la Amazonia brasileña, víctimas del cambio climático y de la actividad humana emitieron en la última década 18 por ciento más carbono del que absorbieron, pues precisa que entre 2010 y 2019 este territorio liberó cuatro mil 450 millones de toneladas de carbono frente a tres mil 780 millones de toneladas.

También señala que las “degradaciones” de los bosques contribuyen en gran medida a intensificar este fenómeno, que más allá de la deforestación, ésta incluye a los árboles fragilizados, pequeños incendios, mortalidad de los árboles debido a la sequía, entre otros factores.

Por ello, a través de observaciones vía satélite que permitieron sondear el conjunto de la vegetación, el estudio concluyó que las degradaciones del bosque contribuyeron en un 73 por ciento en las pérdidas de carbono, frente a 27 por ciento en el caso de la deforestación en la Amazonia.

Las 200 fotografías que componen la exposición de Sebastiao Salgado y que fueron montadas por Lélia Wanick Salgado, esposa y parte del equipo, retratan un ecosistema inmenso, su riqueza, su fuerza y su poderío que se ve en constante amenaza por las decisiones políticas en Brasil.

Karla Díaz | El Sol de México

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