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El Extranjero

Joe Biden tiene claroscuros en sus primeros 100 días de gobierno

Joe Biden ha pedido amplios cambios legales, incluida la prohibición de las armas de asalto de estilo militar y los cargadores de municiones de gran capacidad

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien el próximo viernes cumple 100 días en el gobierno, anunció el lanzamiento de una operación contra el tráfico ilegal de inmigrantes en la frontera con México, como parte de su estrategia para frenar la migración irregular, uno de los problemas más fuertes que ha enfrentado.

Más de la mitad de los estadounidenses aprueba al presidente Joe Biden tras casi 100 días en el cargo, según un sondeo de Reuters/Ipsos, un nivel de apoyo que su predecesor republicano Donald Trump nunca logró y que debería ayudar a los demócratas a avanzar en los principales asuntos de su agenda.

La encuesta nacional de opinión, elaborada a 4 mil 423 adultos entre el 12 y el 16 de abril,  encontró que el 55 por ciento aprueba el desempeño de Biden en el cargo, mientras que el 40 por ciento lo desaprueba y el resto no está seguro.

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Joe Biden actuó rápidamente para revertir algunas de las políticas de inmigración de Donald Trump, pero tiene problemas para lidiar con un fuerte aumento en la llegada de migrantes a la frontera entre Estados Unidos y México, incluidas decenas de miles de familias y niños no acompañados.

Es por esos que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, reveló sin dar muchos detalles la llamada “Operación Centinela” y se limitó a decir que tiene como objetivo “desmantelar las organizaciones delictivas transnacionales que introducen clandestinamente a los migrantes en Estados Unidos”.

Mayorkas explicó que los traficantes y sus cómplices tendrán que hacer frente a “una serie de acciones específicas y sanciones”, como la revocación de sus documentos de viaje y la congelación de las cuentas bancarias que tengan en Estados Unidos.

Varias agencias del Gobierno están implicadas, como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EU (USCIS) y la Administración para el Control de Drogas (DEA).

Otros de los grandes pendientes de Biden son los tiroteos masivos, que se desaceleraron durante los confinamientos por coronavirus, aumentaron nuevamente en 2021, a 163 eventos de este tipo este año, al 26 de abril, en comparación con 94 durante el mismo período del año anterior, según el Archivo de Violencia con Armas.

El aumento muestra cuán poco poder inmediato tiene Biden como presidente para cambiar la cultura permisiva de armas de fuego del país, aunque realizó actos de campaña con víctimas de violencia armada en las que prometió que tomaría acciones.

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Joe Biden ha pedido amplios cambios legales, incluida la prohibición de las armas de asalto de estilo militar y los cargadores de municiones de gran capacidad, pero tales medidas deberían aprobarse en el Congreso.

Pero juzgar el desempeño de un Presidente después de 100 días en el cargo es una tradición política estadounidense que, según los historiadores, comenzó con el primer mandato de Franklin Roosevelt en 1933, cuando se embarcó en un rápido despliegue de medidas para contrarrestar la Gran Depresión.

La principal promesa del Covid-19 de Joe Biden fueron 100 millones de vacunas en los brazos de los estadounidenses en sus primeros 100 días en el cargo. Se han distribuido 290 millones de vacunas, se han administrado más de 230 millones y alrededor de 96 millones de estadounidenses están completamente vacunados, el 29% de la población.

La campaña de vacunación de Joe Biden se basó en los esfuerzos iniciados por Trump para fabricar y distribuir las inyecciones, pero sumó sitios de vacunación masiva y fortaleció los esfuerzos de distribución. Estados Unidos ha vacunado ahora a más personas que cualquier otro país, aunque la pandemia ha causado la muerte de 572.000 personas, más que cualquier otro país.

Joe Biden dedicó gran parte de sus primeras semanas en el cargo a aprobar un proyecto de ley de estímulo de 1.9 billones de dólares para limitar las consecuencias económicas de la pandemia.

El Plan de Rescate Estadounidense cumplió con la promesa económica clave que Biden hizo en la campaña electoral: cheques para los estadounidenses.

Ayudado por el plan de estímulo para familias y empresas y también por el despliegue constante de vacunas, se espera que el crecimiento económico supere el 7% este año, el más rápido desde 1984. Seguiría a una contracción del 3.5 por ciento el año pasado, el peor desempeño en 74 años.

En marzo se agregaron casi 1 millón de puestos de trabajo, frente a los 379 mil de febrero. Se espera que la mejora continúe a medida que se reanude el comercio normal y las personas se sientan cómodas nuevamente cenando en restaurantes y otros servicios en persona.

El mandatario demócrata ha demostrado ser inesperadamente duro en política exterior con respecto a los principales rivales de Estados Unidos. Ha impuesto sanciones a Rusia en respuesta a la interferencia de Moscú en las elecciones de 2020 y a un ciberataque masivo atribuido a Rusia, y se refirió al presidente ruso Vladimir Putin como un “asesino”, de acuerdo con un análisis de Reuters.

Joe Biden mantuvo las sanciones del gobierno de Donald Trump a Irán y se negó a levantarlas como condición para involucrar a Teherán en las negociaciones directas sobre su programa nuclear.

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También conservó los aranceles comerciales de Trump sobre China, permitió que diplomáticos estadounidenses visitaran Taiwán y aumentó la presión sobre el gigante asiático por su trato a los uigures en la provincia de Xinjiang y su represión contra los activistas por la democracia en Hong Kong.

Dejó a un lado las preocupaciones sobre la reacción de Turquía, aliado de la OTAN, cuando reconoció formalmente que la masacre de armenios en 1915 en el Imperio Otomano fue un genocidio.

El jefe de la Casa Blanca avanzó rápidamente para que Estados Unidos se incorpora al Acuerdo de París del 2015 para abordar el cambio climático y reclutó un enfoque de “todo el gobierno” para cumplir una promesa de campaña de descarbonizar la economía de Estados Unidos para 2050.

En respuesta a las advertencias cada vez más graves sobre la amenaza del cambio climático y la presión de una nueva generación de activistas, las acciones de su administración van más allá de las ambiciones del presidente Barack Obama.

La semana pasada, reveló una meta de reducir las emisiones a la mitad desde los niveles del 2005, casi duplicando la meta establecida por su exjefe.

Para ayudar a lograr ese objetivo, Biden ha presentado un plan de infraestructura de 2 billones de dólares que incluye miles de millones en inversiones en vehículos eléctricos y energía limpia que, según él, creará millones de empleos bien remunerados.

Después de Trump, más estadounidenses han aprobado el estilo convencional más serio de Joe Biden en sus primeros 100 días en el cargo.

Las encuestas muestran que más de la mitad de los estadounidenses aprueban el trabajo que está haciendo hasta ahora, incluidos algunos votantes republicanos.

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