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Baja California

Periodistas de Tijuana viven con estrés y miedo a contagiar a sus familias

Desde hace años ejercer el periodismo en Tijuana es una tarea de riesgo; hoy el coronavirus ha hecho más difícil esa tarea

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En aras de “salvar la nota” los periodistas no toman las medidas necesarias para evitar contagiarse de Covid-19. Crédito: Victoria Valtierra/CUARTOSCURO

TIJUANA, Baja California. Cada día es un reto para los periodistas de Tijuana no contagiarse de Covid-19. Es extremo el cuidado que, por ejemplo, tiene Crisstian Villicaña desde que sale de casa para realizar sus coberturas. Es asmático y esto le hace más vulnerable a que se agrave el coronavirus si lo contrae.

Los periodistas tijuanenses están envueltos en una dinámica de estrés constante, al estar en la ciudad de Baja California que más muertes tiene por coronavirus (hasta ahora 51).  

“Trato de usar lo menos que se pueda el transporte público o trato de caminar para no estar en contacto con otras personas. Llegando a casa me quito todo”.

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En un mismo día, los periodistas tijuanenses pueden recorrer albergues para migrantes, hospitales, oficinas de gobierno, explanadas concurridas por personas enfermas y la garita que conecta con Estados Unidos.

Aun cuando los periodistas conocen la dimensión de la pandemia, corren el riesgo para “salvar la nota” y en ocasiones no toman las medidas necesarias en un momento de adrenalina.

“En las coberturas, cuando sabemos que el funcionario o empresario se va a retirar, lo abordamos y no se respeta la distancia, pero estamos obligados por otro lado, que no se te vaya la nota si dijo algo relevante, estamos entre la espada y la pared. Es algo que nos tiene en riesgo y preocupa”.

Así como Crisstian, Ramón Hurtado toma cuidados extremos para evitar enfermarse de coronavirus: dejó su hogar, con su esposa y tres hijos, para habitar una bodega construida en el patio de su casa.

“Mi rutina empieza temprano. Tengo un estudio que lo tomé como recámara, porque la situación que tengo de andar en las calles y hospitales pone en riesgo a mi familia. Me he aislado para protegerlos a ellos, porque no se sabe en esta profesión si puedo llevar una infección”.

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El fotoperiodista tiene 20 años de experiencia en coberturas policiacas, empresariales, de salud y deportivas. Esta pandemia es sin duda un reto del que trata de salir triunfante.

Además del coronavirus, Ramón vivió la crisis económica de 2008, cuando en Tijuana miles de personas se quedaron sin empleo, debido al quiebre de empresas en Estados Unidos. Fueron tiempos complicados para la cobertura periodística porque la delincuencia aumentó en la ciudad fronteriza.

De 2008 a 2011, los reporteros arriesgaban la vida por documentar una balacera o la detención de un asesino o narcotraficante. Tiene en sus vivencias la cobertura de la emergencia de salud de la influenza H1N1, que comenzó en 2009 y para 2011 las autoridades de Baja California aún hablaban de ella.

Como en aquellos años, Ramón utiliza las herramientas a su alcance para proteger su integridad física.

“Para poder realizar mi trabajo necesito estar protegido, tener mi equipo, aunque no es el indicado ni profesional, pero de alguna forma tenemos que protegernos. No tenemos los instrumentos adecuados para hacer la cobertura (periodística), pero lo hacemos con lo que tenemos y no nos quejamos”. Un cubrebocas, guantes y botas conforman su equipo de protección contra el coronavirus.

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También el reportero y camarógrafo de televisión, Salvador Corvera, tiene familia. Regresa con temor a casa, donde le espera su esposa e hija cada tarde, a quienes, sabe, hay probabilidades de contagiar. La situación afecta su salud mental.

“Es una situación que te preocupa porque tenemos niños. Tengo una esposa que no está trabajando y si hay riesgo de que se puedan contagiar va a ser por mí”.

Antes de entrar a casa se muda de ropa y la sucia va directo a la lavadora, mientras que los zapatos son desinfectados con cloro.

“Vemos hospitales llenos, conocemos de primera fuente cada historia que nos ha llegado a conmover, a veces de falta de suministros, de un maltrato; sí es muy difícil lo que se está dando”, lamenta Salvador.

Baja California tiene 83 fallecimientos a causa de coronavirus, que le colocan como el segundo estado con más muertes. Tiene además 725 casos confirmados y 676 sospechosos.

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