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Hugo Sigman dice que no ha cobrado dinero la por fabricación de la vacuna contra el Covid-19:

El empresario argentino Hugo Sigma señala que no es dueño de la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca ni puede vender ni firmar los contratos con los gobiernos

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El empresario y fundador del Grupo Insud, Hugo Sigman, encargado a través de Mabxience de la formulación del principio activo de la vacuna de AstraZeneca en Argentina –que luego se envía a México, para su proceso final– explicó por qué se retrasó la producción y rechazó las acusaciones de incidencia para que no negociar con Pfizer.

A finales del pasado febrero se informó que la “vacuna latinoamericana” contra el Covid-19, producida por el Grupo Insud –Sigman– y financiada por la fundación del magnate mexicano Carlos Slim, se vio frenada por un problema mundial de desabastecimiento.

Hugo Sigman nació en la capital de Argentina. Estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires, obteniendo su grado de Doctor en Medicina en 1969. Más adelante se graduó en la Escuela de Psicología Social dirigida por el doctor Enrique Pichon Riviére. 

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A través de Twitter, Hugo Sigman explicó que hay insumos y equipos necesarios para la producción de los fármacos que resultan imposibles de conseguir con rapidez, y ejemplificó lo que ocurre en México con el laboratorio Liomont, donde se debe envasar el principio activo de la vacuna enviada desde Argentina.

Sigman comenzó su carrera empresarial involucrándose en la industria farmacéutica. En 1978 fundó el Grupo Chemo con su esposa Silvia Gold, una empresa químico-farmacéutica perteneciente al Grupo Insud. Afirmó que la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca contra Covid-19, tiene retrasos como con el resto de las vacunas en todo el mundo.

“Al día de hoy, Mabxience ha cumplido y fabricado el principio activo al que nos habíamos comprometido, tanto en tiempo como en cantidad”, sostuvo Sigman sobre la parte del proceso que tiene lugar en su empresa.

Dijo que una vez envasado en México, y ahora de manera provisoria también en Estados Unidos, este principio activo volverá “en forma de vacuna exclusivamente a los países de América Latina”.

El empresario aclaró que Mabxience “no es la propietaria de la vacuna, ni la encargada de venderla, de cobrarla, ni de firmar los contratos con los gobiernos o establecer las fechas de entrega”, y explicó que como Mabxience no es dueña del principio activo, “no puede disponer del mismo como si le perteneciera”. 

Por lo tanto, la firma no está autorizada a formularlo, envasarlo y distribuirlo directamente en la Argentina. A su vez, recalcó que ni su firma, ni él, acordaron “ningún contrato” por el fármaco con el Ministerio de Salud de Argentina, ni de otro país. “No hemos cobrado dinero alguno de ningún gobierno por su fabricación o venta”, destacó Hugo Sigman.

Sigman también desmintió que la construcción de la planta de Mabxience haya sido realizada en base a subsidios o préstamos del Estado. “La planta fue desarrollada enteramente con fondos del Grupo Insud”. 

Aclaró que al reconvertirla para generar el principio activo de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19, debieron renunciar a proyectos en marcha, reentrenar al personal y realizar nuevas inversiones. “Lo hicimos con entusiasmo, porque estamos convencidos de que era nuestra obligación en un momento tan dramático como el actual”, aseguró.

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Hugo Sigman dijo: “Se ha dicho que incidí sobre algunas autoridades del gobierno del presidente Alberto Fernández para impedir un acuerdo con Pfizer para la adquisición de su vacuna. Desconozco los motivos por los cuales el Estado nacional no ha llegado a un acuerdo, pero no tuve influencia, ni participé de esa decisión”.


“La cuota argentina del principio activo fabricado por Mabxience no alcanza para cubrir las necesidades de nuestro país, por lo que es imprescindible contar con otras vacunas. Las vacunas no son excluyentes”, expresó Sigman, cuyo perfil ideológico de centroizquierda es conocido públicamente.

“Difícilmente podríamos obtener un beneficio evitando que Argentina compre la vacuna de Pfizer o de cualquier otro laboratorio”, consideró, de igual manera, y remarcó como ejemplo que el Gobierno, además de negociar con otros proveedores, ya adquirió dosis de Sputnik V y de Sinopharm.

“El problema no es la demanda de vacunas, es la oferta. Salvo Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña, todos los países experimentan retrasos en la llegada de las dosis comprometidas”, concluyó Hugo Sigman.

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