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Baja California

Los jornaleros son los menos afectados por la pandemia de Covid-19 en Baja California Sur

No se sabe de algún deceso en la zona agrícola del Valle de Vizcaíno, sólo de algunos pocos contagios entre los jornaleros

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Los contagios se dan en las tiendas, no en los campos agrícolas. / Foto: José Luis Villafuerte

LA PAZ, Baja California Sur. Pese al reciente aumento en el número de contagios de Covid-19 en el estado, la población de jornaleros agrícolas ha resultado entre las menos afectadas. En la zona agrícola del Valle de Vizcaíno a donde tradicionalmente llegan cada año más de 6 mil obreros del campo para trabajar en la recolección de hortalizas no se sabe de algún deceso de esta comunidad, aunque sí de varios contagios.

Y es que desde el inicio de la emergencia sanitaria las grandes agroempresas que se dedican a la producción y exportación de hortalizas implementaron una serie de medidas para evitar la entrada y la propagación del virus.

Entre las medidas que aplicaron está la aplicación de pruebas PCR para detectar Covid-19 desde el origen de los migrantes, filtros sanitarios en los campamentos, en los empaques y los campos de cultivo, uso obligatorio de cubre bocas en lugares abiertos y cerrados, aislamiento de 15 días a los grupos recién llegados, ya sea en hoteles contratados para este fin o en habitaciones separadas del resto del campamento, y confinamiento y atención temprana para los casos sospechosos.

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En la semana que termina, inició el retorno de los trabajadores agrícolas a sus lugares de origen, una vez que la cosecha está a punto de concluir, unos 4 mil se quedan en la región en donde se han asentado desde hace años con sus familias.

Jornaleros entrevistados por El Sudcaliforniano, señalaron que el riesgo mayor para los trabajadores agrícolas no está en el campo sino en las tiendas del pueblo a las que se deben de acudir para adquirir los víveres y en donde no hay control en el aforo, no se usa el cubre bocas ni se respeta la sana distancia, razón por la cual algunas tiendas trasladan unidades hasta los ranchos a fin de evitar la salida de las familias. Otro factor de riesgo es el alto consumo de alcohol entre los jornaleros que salen del campamento durante los fines de semana.

Siendo una población joven, los contagios entre jornaleros no han sido del mismo impacto como entre el resto de la población, especialmente de ejidos y comunidades rurales de la región en donde predomina población de adultos mayores.

Aunado a lo anterior, se suma el hecho de que su trabajo es el aire libre y gran parte de los migrantes llegan sin familia debido a que permanecen durante unos cuatro meses, tiempo que dura la cosecha de tomates, chiles, fresas y calabacitas, entre otras. La mayoría proviene de Oaxaca y Veracruz, y algunos en la ruta de Sinaloa y Baja California en donde también se ocupan en la recolección de hortalizas.

De acuerdo a la información de la Secretaría de Salud, en la zona agrícola del Valle de Vizcaíno hay en la actualidad 15 casos activos de Covid-19 y 142 recuperados de los cuales 49 corresponden al ejido Díaz Ordaz: Van cinco defunciones, y se sabe que de un número no cuantificado de personas contagiadas que están resguardados en sus casas atendiéndose con médicos particulares o con remedios caseros, por lo que no aparecen en las cifras oficiales.

Sobre este asunto, el presidente municipal de Mulegé, Felipe Prado, informó que debido al crecimiento en el número de casos positivos, decesos y casos sospechosos, se decidió la suspensión total de la venta de bebidas alcohólicas durante este fin de semana, con el propósito de disminuir las aglomeraciones que se registran en fiestas y convivios en donde se consumen grandes cantidades de bebidas embriagantes y que en buena medida han sido la causa del crecimiento en los contagios.

Recordó que desde el inicio de la pandemia, Mulegé fue el primero y el único municipio que instaló retenes en la carretera transpeninsular para impedir el paso de personas que llegaban en plan de vacaciones; en algunas comunidades se limitó la venta de cerveza y se colocaron retenes a la entrada de los pueblos para inhibir la llegada de visitantes, e incluso, por acuerdo de la comunidad se instauró un toque de queda voluntario a partir de las 10 de la noche.

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En el caso de los jornaleros de Vizcaíno, recordó que las agro empresas accedieron a realizar las pruebas PCR a sus trabajadores y a extremar las medidas sanitarias en sus empaques y en sus campamentos, lo que ha evitado que la pandemia se desborde entre la población de migrantes.

Elías Medina |Organización Editorial Mexicana

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