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El Extranjero

Suecia apuesta por las no restricciones ante la pandemia

En Suecia sólo se han decretado medidas voluntarias y no se exige el uso de cubrebocas para frenar la pandemia de Covid-19

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El epidemiólogo Anders Tegnell, ha recibido amenazas de muerte.

El principal epidemiólogo de Suecia, Anders Tegnell, asegura que su país sigue apostando por la misma estrategia que hasta ahora, reacia a cualquier tipo de restricción, pese a la fuerte incidencia de la segunda ola de covid-19. 

Mientras el avance del coronavirus en Suecia se vuelve cada vez más palpable, Tegnell admitió que están experimentando una nueva propagación significativa en todas las regiones.  “La situación es más grave de lo que creíamos”, reconoció el epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública (FOHM).

Tegnell había pronosticado previamente que el número de contagios en la primavera sueca iba a ser “bastante bajo” por la política de anticonfinamiento que llevó adelante el país. Pero no fue así. 

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Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno de la nación nórdica solo ha decretado medidas voluntarias sin cuarentenas y nunca ha exigido el uso de la mascarilla fuera de los hospitales.

“Seguiremos por este camino”, aseveró Tegnell a la agencia Reuters. “Así es como trabajamos en Suecia, tenemos una gran comprensión de esto y un gran cumplimiento de las reglas”, añadió. 

En las últimas semanas Suecia ha registrado un incremento de muertes, contagios y hospitalizaciones por coronavirus.

El pasado viernes registró 5 mil 990 nuevos infectados, la cifra más alta desde el inicio del brote en un país cuya población ronda los 10 millones de habitantes, mientras que se contabilizaron 42 nuevos fallecimientos, el número más elevado de los últimos tres meses. 

Según cifras oficiales, un total de 6 mil164 personas ya han perdido la vida en Suecia por el Covid-19. Paralelamente, desde el inicio de la pandemia se han contagiado más de 177 mil personas. No hay datos sobre los enfermos que han superado la enfermedad.  

A diferencia de otros muchos países, la nación nórdica ha mantenido abiertas las escuelas, los restaurantes y otros negocios durante la pandemia. Concretamente, se ha centrado en medidas voluntarias destinadas a promover el distanciamiento social y la buena higiene, como trabajar desde casa dentro de lo posible o evitar el transporte público y las actividades que se llevan a cabo en espacios cerrados con mucha gente. 

Este enfoque ha generado elogios y críticas a partes iguales. Por un lado, las ruedas de prensa de Tegnell han atraído a grandes audiencias televisivas. Su popularidad ha llegado a tal punto, que algunas personas se han tatuado su rostro, mientras que en las calles de Estocolmo puede verse gente vistiendo camisetas con mensajes tales como ‘In Tegnell we trust’ (‘En Tegnell confiamos’, en inglés). 

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Pero no todo el mundo ha estado de acuerdo con el principal epidemiólogo sueco, que ha recibido varias amenazas de muerte de personas que lo acusan de seguir una “política imprudente” en relación con el brote. 

De hecho, un total de 27 científicos y médicos de ese país firmaron una carta abierta publicada en el diario Aftonbladet en la que advierten que la nación escandinava pronto podría acercarse a una cifra de pacientes en cuidados intensivos similar a la que hubo en la primera ola, por lo que piden al Gobierno que anulen la Agencia de Salud e introduzcan medidas más estrictas. 

Si bien la tasa de mortalidad per cápita de Suecia es más baja que en países como España y Reino Unido, es diez veces superior a la de su vecina Noruega, y casi cinco veces mayor a la de Dinamarca. En las últimas dos semanas, Suecia ha registrado 484 casos por cada 100 mil personas. 

Tegnell restó importancia a las críticas y afirmó que las recientes cuarentenas impuestas en Europa, que en gran parte han sido menos estrictas que las que hubo en primavera, han demostrado que ahora existe menos diferencia en las estrategias para combatir la pandemia. 

“La mayoría de los países ahora están tratando de hacer algo más como nosotros en en Suecia, casi nadie está cerrando escuelas ahora”, señaló el epidemiólogo.

“También hemos aprendido mucho (de otros) sobre cómo realizar recomendaciones específicas para diferentes regiones”, agregó.  

Suecia es uno de los pocos países de Europa que no recomienda ni exige el uso de mascarilla fuera de los hospitales y centros asistenciales. “Es fascinante los pocos estudios que hay sobre esto”, comentó, subrayando que “si nos fijamos en los países con reglas estrictas para el uso de mascarillas es difícil ver que les haya ido bien”. 

Aunque, el ejecutivo anunció el pasado miércoles la prohibición de la venta de alcohol a partir de las 22:00 horas, desde el 20 de noviembre y hasta febrero de 2021. Todos los establecimientos autorizados a servir alcohol deberán cerrar sus puertas a las 22:30 horas.

Frente a una segunda ola, las autoridades ya habían introducido el mes pasado nuevas recomendaciones regionales más estrictas, consistentes principalmente en limitar los contactos fuera del hogar y evitar los lugares cerrados. 

Las deficiencias en el sistema de rastreo de contactos fue uno de los puntos más discutidos de la estrategia, que volvió a estar en el centro de la polémica, aunque los sondeos apuntan a que sigue contando con el respaldo de la mayoría de la población.

La elevada mortalidad y la diferencia con respecto al resto de nórdicos provocaron ya a principios de verano duras críticas de la oposición al Gobierno y de algunos expertos, sobre todo de fuera de Suecia, acusando a las autoridades sanitarias de buscar la inmunidad de rebaño, algo que siempre han negado.

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