Donald Trump y sus aliados se niegan a iniciar la transición en Estados Unidos

Pese a que el demócrata Joe Biden ya se ha proclamado ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y que el actual mandatario Donald Trump no lo ha querido aceptar, de forma oficial la transición para el gobierno entrante aún no puede comenzar.

El secretario de Estado de Estados Unidos,Mike Pompeo prometió garantizar una transición sin sobresaltos pero insistió en que el presidente Donald Trump asumirá nuevamente pese a la proyectada victoria de Biden.

“Habrá una transición tranquila hacia un segundo gobierno de Donald Trump”, dijo Pompeo durante una tensa conferencia de prensa cuando se le preguntó sobre los contactos con el equipo de Biden. 

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En realidad, la decisión está en manos de Emily Murphy, responsable de la Administración de Servicios Generales (GSA ,por su sigla en inglés), que aún no se ha pronunciado.

La transición de un gobierno a otro en Estados Unidos depende de la firma de una carta. Ese es el protocolo, la tiene que firmar Murphy sin ese documento no hay toma de posesión ni nombramientos ni acceso a edificios e información gubernamentales.

Pero firmar esa misiva supone reconocer la derrota del presidente Donald Trump. Es decir, para Murphy es ir en contra de la persona que le dio el cargo. La funcionaria, abogada integrante del Partido Republicano, fue nombrada por Trump en 2017 y confirmada por unanimidad en el Senado.

No hay ningún plazo establecido para comenzar la transición, así que el trámite podría estirarse hasta mediados de diciembre (día 14), cuando el Colegio Electoral se reúna para hacer efectivos los votos de cada estado.

La funcionaria debe hacer una comprobación de que Biden, efectivamente, se impuso en los comicios celebrados el pasado martes 3 de noviembre, antes de que los responsables demócratas de la transición puedan ponerse en contacto con las agencias federales o acceder a los millones de dólares destinados para ese fin.

En este sentido, la GSA aclaró que tanto el organismo como su administradora “continuarán acatando y cumpliendo con todos los requisitos de la ley” ya que aún no está hecha la comprobación del resultado de la votación.

Pese a los plazos legales, el equipo de campaña de Biden se manifestó en contra de esta demora. “Históricamente ha sido parte de la genética de nuestro país que cuando pierdes quieres ayudar”, señalaron, al tiempo que aseguran que “los ataques de Trump pueden hacer la transición más difícil de lo que hubiese sido”, si bien no lo consideran “problemático”, siempre y cuando no se vuelva “completamente improductiva”.

“La seguridad nacional y los intereses económicos de Estados Unidos dependen de que el gobierno federal señale clara y rápidamente que el gobierno de Estados Unidos respetará la voluntad del pueblo estadounidense y participará en una transferencia de poder pacífica y sin problemas”, añadió Jen Psaki, del equipo de transición demócrata, quien reclamó un rápido inicio del proceso de transición.

Por su parte, el Secretario de Justicia, William Barr, dio su aprobación a los fiscales federales para investigar las acusaciones sobre “irregularidades en el conteo de votos” de las elecciones del pasado martes.

De manera inmediata los demócratas lo criticaron por haber tomado la decisión sin contar con pruebas. Barr comunicó su decisión por escrito a los fiscales federales.

Funcionarios del Departamento de Justicia confirmaron durante la mañana del 9 de noviembre, que ya se encontraban investigando acusaciones en Nevada y Michigan, inclusive, en este estado, ya habían remitido información al FBI.

“Teniendo esto en cuenta, y dado que la votación de nuestras elecciones ya han concluido, les autorizo a investigar acusaciones sobre conteos de votos irregulares”, escribe Barr en el mensaje a los fiscales.

De acuerdo con CNN, la negativa de Donald Trump a conceder la derrota en las elecciones, sus tuits delirantes sobre estados que se inclinan a su favor y el hecho de que hasta ahora no le hayan otorgado al presidente electo Biden acceso a fondos y recursos federales para impulsar su administración, significan que Estados Unidos se enfrentará a 70 días difíciles.

Puede que Trump sea un presidente saliente pero retendrá la autoridad de la Presidencia hasta el mediodía del 20 de enero, y su control sobre el Partido Republicano se fortaleció al ganar 70 millones de votos la semana pasada. Así que el presidente tiene el poder

Pero, Biden ya estudia medidas legales para obligar al presidente Donald Trump, quien denuncia un fraude electoral sin pruebas, que deje de bloquear y facilite la transición de gobierno.

Según los medios locales, el equipo de transición del líder demócrata cree que ha llegado el momento de que la GSA “confirme rápidamente a Joe Biden y Kamala Harris como presidente electo y vicepresidenta electa”, y si se niega a hacerlo, emprender acciones legales para que lo haga.

Mientras su equipo de campaña entabla numerosos procesos judiciales para anular votos o realizar recuentos en algunos estados, Trump sigue tuiteando acusaciones infundadas de fraude y ha llegado a decir que ganó las elecciones, pese a que todas las proyecciones de resultados dan la victoria a su oponente.

En las últimas horas llegó a acusar a la farmacéutica Pfizer y a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), una agencia gubernamental, de haber retenido a propósito los resultados de la vacuna de la farmacéutica para perjudicarlo en las elecciones.

“Hay una serie de opciones sobre la mesa. La acción legal es ciertamente una posibilidad, pero también hay otras opciones que estamos considerando”, dijo a la cadena de televisión ABC News un miembro del equipo de transición de Biden.