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El Extranjero

El tráfico de meteoritos es un negocio ilegal que florece en Argentina

Argentina reformó sus leyes para combatir robo, contrabando y venta ilegal de meteoritos del Campo de Cielo

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Las provincias de Chaco y Santiago del Estero han tomado alta relevancia por ser uno de los lugares más raros y desérticos de Argentina, pero también por el creciente robo de meteoritos para venderlos en el mercado negro mundial.

El Campo del Cielo, una de las reservas de aerolitos más importantes del mundo, es una región alejada de las grandes ciudades de Argentina con una enorme extensión de tierra totalmente desértica y tórrida sobre la que cayó una lluvia de meteoritos metálicos hace unos cuatro mil 500 años. 

Los meteoritos metálicos (sideritos) representan aproximadamente 5 por ciento de los que se precipitan a Tierra y esos son los del Campo del Cielo. En mayo de 2019, el gramo de meteoritos podía alcanzar los 200 dólares.

Estiman que en el Campo del Cielo hay 400 toneladas de rocas enterradas que aún no han sido rescatadas. Y unos 26 cráteres que están siendo investigados y estudiados. Además, sirven de ayuda para dilucidar el origen y evolución del Sistema Solar, por ser fragmentos de otros objetos planetarios, principalmente de asteroides.

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Los meteoritos son fragmentos de roca provenientes del espacio que entran a nuestro planeta sobreviviendo el roce con la atmósfera en su camino a estrellarse contra la corteza terrestre o deshacerse en el trayecto, según se explica en el sitio concepto.de.

Su valor puramente económico es bien apreciado en el mercado negro, porque los meteoritos poseen un valor científico muy importante. Hay que tener en cuenta que se trata de rocas extraterrestres que, antes de chocar con la Tierra, estuvieron dando vueltas alrededor del Sol durante 4 mil 500 millones de años, recorriendo miles de billones de kilómetros.

En Internet abundan los sitios de venta de meteoritos, uno de los más conocidos es el de Eric Twelker, un geólogo de Alaska, quien publica una página de compra y venta de piezas astronómicas. Su oferta está conformada por piedras, en general pequeñas, de todo el mundo, muchas de ellas sacadas del Chaco. Allí se puede ver cómo una pieza de un kilo o más puede salir cerca de mil dólares.

Campo de Cielo se convirtió en objetivo de grupos de vándalos y contrabandistas que buscan, como si fuera oro, meteoritos enterrados para ganar dinero con la venta ilegal en el mercado negro.

La gente que trabaja en el Parque Científico Educativo, ubicado en la ciudad de Gancedo (en Chaco), cuenta que estos grupos  criminales entran a la zona, desentierran las rocas, las cargan en camiones y se las llevan.

Dicen que tienen “todo el tiempo del mundo para hacer esto”, porque el campo es muy grande y los científicos, que investigan la lluvia de meteorito, van un vez por mes.

También cuentan que los habitantes de la zonas cercanas al campo o viven dentro de sus márgene, fomentan este tipo de delito. “Muchos creen que se van a ser ricos vendiendo meteoritos”, destacó Carlos Cerrutti, geólogo del museo del Chaco, Argentina.

Los especialistas no saben de dónde sacan las rocas. “Algunas están a simple vista en la superficie. Otras están enterradas. Puede ser que estén usando detectores de metales para sacarlas de la tierra”, comentó Cerrutti.

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El geólogo dijo que está muy preocupado. Asegura que los robos son cada vez más violentos. No puede especificar el número porque la única forma que tienen de atraparlos es cuando ya están en la ruta, intentando llevarse las piedras a otro país.

“Sólo se logran decomisar unos pocos camiones cada tanto. Pero seguramente pasarán muchos más sin ser detectados”.

Las provincias del Chacho y Santiago del Estero decidieron legislar para evitar el saqueo y vandalismo de la zona donde cayeron los meteoritos. Las leyes 3,563 (Provincia del Chaco) y 6.828 (Provincia de Santiago del Estero) y la ley Nacional 26.306 establecen que “los meteoritos y demás cuerpos celestes, que se encuentren o ingresen en el futuro al territorio argentino, su espacio aéreo y aguas jurisdiccionales son bienes culturales”.

El hecho más escandaloso ocurrió en enero de 1990. Cuando intentaron robar El Chaco, un meteorito de 37.4 toneladas y considerando el segundo en el mundo.

En aquella ocasión El Chaco estuvo cerca de ser llevado de forma ilegal a Estados Unidos por Robert Haag, un coleccionista y vendedor de meteoritos, quien estuvo preso por intentar robarlo y poco tiempo después quedó en libertad.

El 2019, también se llevaron un meteorito del museo de una escuela del paraje Las Víboras, donde había una colección de casi 300 piezas recogidas por los alumnos en una zona próxima a Gancedo, el municipio más cercano a Campo del Cielo, a menos de 100 kilómetros del límite con Santiago del Estero.

En los últimos años, más de seis toneladas de fragmentos de meteoritos fueron robados de esta manera o por algún allanamiento en las Provincias de Santiago del Estero y Chaco, de acuerdo con información de la Asociación Chaqueña de Astronomía.

“Hace cinco años, por ejemplo, se decomisaron unas 400 piezas que iban ser traficadas por vía Uruguay o Paraguay”, contó Nicolas Goldberg, un artista realizó una muestra con meteoritos y que ayudó a indexar cientos de piezas para el museo.

Para Alejandro Lopez, astrónomo e investigador del Conicet, dijo que en el tiempo reciente se aceleró la “globalización del mercado negro de venta de meteoritos”. Dice que los metálicos tienen un nivel de “níquel muy alto” y eso tiene valor. También explicó otro lado de este fenómeno.

“Parte del Campo del Cielo está en manos privadas. Muchos privados actúan ofreciendo dinero para acceder a las piezas. Cuando un coleccionista se lo apropia, lo usa para exhibirlo y para hacer joyería”, explica. Por otro lado, denuncia que estos “cazadores” se aprovechan de la gente local, quienes creen que pueden volverse ricos con la venta de meteoritos.

Este es otro punto importante del saqueo que está sufriendo el parque. Mario Vesconi, presidente Asociación Chaqueña de Astronomía, comenta que “otro duro golpe al Patrimonio natural fue la llegada de Internet, que pulverizó la inocencia de los pobladores rurales que resguardaban cuanto pedacito de meteorito encontraban en los campos”.

Y agrega: “Se empezaba a conocer en la zona, que un pequeño fragmento de esos particulares ‘fierros’ podía valer cientos o miles de dólares, y en pocos años nadie tenía un solo meteorito en su rancho o en su finca”.

Registro clave

Se estima que un seis mil meteoritos caen a la superficie terrestre cada año. Estas rocas son muy preciadas porque llegan desde el espacio, sobreviven al ingreso a la atmósfera a 256 mil kilómetros por hora, y caen en la Tierra con información valiosa sobre nuestro universo. Quienes los encuentran pueden venderlos por grandes sumas de dinero.

No es lo mismo un asteroide que un meteoro, ni que un meteorito. El primer término hace referencia a aquellas rocas de gran tamaño que aún no cayeron a la Tierra; el segundo a lo que conocemos como estrellas fugaces, y el tercero a los pequeños restos que quedan en la superficie, luego de atravesar la atmósfera.

“Diariamente caen toneladas de material extraterrestre a la Tierra. Por año hay alrededor de mil 800 caídas de meteoritos en la superficie terrestre y unas 6.000 en total, si contamos los océanos. El mercado surge porque como toda pieza no habitual, empieza a tener valor por su particularidad”, contó el astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi, integrante de la Unión Astronómica Internacional.

De hecho, el pasado 7 de enero de 2020, un meteoro fue divisado en la región de Puerto Rico tras penetrar la atmósfera. Ciudadanos de toda la isla lo calificaron como una bola de fuego que pudo ser divisada por unos 15 segundos, por lo que la caída de fragmentos de roca en la Tierra no es algo ajeno.

Por: Por Alfonso López Orrante

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