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El Extranjero

Los familiares de futbolistas y músicos suicidados piden fondos para atender las enfermedades mentales en el Covid-19

La OMS alerta sobre los altos costos para los países si no aumentan recursos para atender enfermedades mentales

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La ansiedad y la depresión se han incrementado a causa del Covid-19.

El padre del fallecido DJ sueco Avicii o el arquero del Liverpool, Alisson Becker solicitaron que se destinen más fondos a la salud mental que es la “gran olvidada” de la pandemia de coronavirus (Covid-19), la cual ha devastado los servicios médicos especializados en el mundo.

La interrupción de los servicios de salud mental en 93 por ciento de países del mundo costará muy caro, porque la pandemia ha multiplicado las necesidades en este campo y los desórdenes mentales tienen un impacto muy negativo en la productividad de las economías, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS dio a conocer el resultado de una evaluación en 130 países sobre los efectos de la Covid-19 en el acceso a los servicios de salud mental y que confirma que las consecuencias han sido graves.

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La recaudación de fondos, que se llevará a cabo a través de las redes sociales, también contará con la participación de la madre de la cantante Lady Gaga, Cynthia Germanotta, o inclusive de la reina Matilde de Bélgica, y también con la viuda del cantante de Linkin Park, Chester Bennington, que al igual que el DJ Avicii se suicidó. 

Los servicios de prevención se han visto afectados en particular, pero la OMS afirma que en diferentes partes del mundo, los países se están adaptando sobre todo a través de la telemedicina o la teleterapia.

Los encierros obligados (en algunos países por varios meses) y el consecuente aislamiento, el miedo que el coronavirus ha generado en la población, en particular entre los grupos de mayor riesgo, la muerte de un ser querido y la pérdida de ingresos son situaciones que han agravado la carga emocional de la pandemia.

La OMS recuerda que desde hace mucho la salud mental es el ámbito que menos recursos ha recibido de los presupuestos destinados a la sanidad, con una media por debajo del 2 por ciento, a pesar de que las necesidades no hacen más que aumentar.

Antes del Covid-19, la pérdida de productividad debido a la depresión y ansiedad entre los trabajadores se estimaba ya en un billón de dólares anuales.

La evaluación de la OMS revela que en el 60 por ciento de países se interrumpió la atención en el área de salud mental para la gente más vulnerable, incluyendo niños, adolescentes, personas mayores y mujeres embarazadas o en periodo posparto.

En un mayor porcentaje (67 por ciento) hubo una parálisis en los servicios de terapia y psicoterapia, y en el 65 por ciento dejaron de funcionar los programas para el tratamiento de la dependencia de los opiáceos.

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En un tercio de casos los países detuvieron las intervenciones de emergencia, incluidas las destinadas a personas con convulsiones prolongadas, delirios o con síndromes de abstinencia.

Para paliar esta situación, muchos países optaron por la telemedicina y la teleterapia también en los servicios de salud mental, pero esta medida ha sido más amplia en los países desarrollados (8 de cada 10), mientras que apenas la mitad de países de bajos ingresos ha conseguido hacerlo.

La OMS recuerda que esta área de la salud es crítica y que las personas que ya sufrían enfermedades mentales, neurológicas o dependencia antes de la pandemia son más susceptibles a infectarse con el coronavirus.

Natalie Lambert, investigadora de la salud en la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, hizo una encuesta en la que participaron más de mil 500 pacientes de enfermedad prolongada través de la página de Facebook de Survivor Corps y descubrió varios síntomas psicológicos en común.

Observó que la ansiedad ocupa el octavo lugar entre los más comunes, al ser mencionada por más de 700 participantes. La dificultad para concentrarse también fue otro de los más comunes, y más de 400 dijeron sentir “tristeza”.

Teodor Postolache, psiquiatra de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, calcula que entre un tercio y la mitad de los pacientes de Covid-19 experimentan algún tipo de problema de salud mental como ansiedad, depresión, fatiga o patrones anormales de sueño.

Datos vigentes indican que por cada dólar que un gobierno destina a los servicios de salud mental se tiene un retorno de 5 dólares.

En la actual crisis, prácticamente todos los países han manifestado a la OMS su voluntad de dar apoyo a esa área de la sanidad, pero en realidad menos del 17 por ciento le ha destinado fondos adicionales.

El organismo también dio a conocer que el Covid-19 ya habría infectado al 10 por ciento de la población mundial, es una “llamada de atención” para la comunidad internacional, estimó el director de la OMS, que reclama acelerar la reforma de la organización ante las emergencias sanitarias.

Durante una sesión extraordinaria del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la respuesta al covid-19, Tedros Adhanom Ghebreyesus defendió la labor de la organización, acusada en especial por el presidente estadounidense Donald Trump de incompetencia en su gestión de la pandemia, que ya causó más de un millón de muertos.

A medida que la pandemia sigue avanzado los daños colaterales también toman forma y fondo, lo que ha generado altos niveles de preocupación sanitaria, por las consecuencias futuras que puede acarrear nuevos focos de mala salud en todo el mundo.

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