Restauranteros de Playas de Rosarito venden langosta a domicilio para sobrevivir al Covid-19

PLAYAS DE ROSARITO, Baja California. Degustar una langosta nunca fue tan fácil. El platillo que distingue al poblado de Puerto Nuevo, en Playas de Rosarito, llega a la mesa de familias de ese municipio y de Tijuana, a través del servicio a domicilio, una alternativa que los restauranteros encontraron para generar ingresos ante el cierre de negocios causado por la pandemia del Covid-19.

Tortillas de harina preparadas a mano estilo Sonora, frijoles refritos, arroz rojo o “colorado”, mantequilla, salsa de molcajete y varias langostas, incluye el platillo estrella, que caracteriza a la ciudad rosaritense desde los años 50 y que es uno de los atractivos turísticos principales en Baja California.

Alan Bautista, representante del restaurante La Casa de la Langosta y Puerto Nuevo II, comparte que la emergencia de salud les obliga a innovarse para subsistir en tiempo de crisis económica y ahora ofrecen el servicio a domicilio, que era impensable antes de la pandemia. 

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“Todos los restauranteros estos dos meses la hemos pasado muy mal. En el caso de Puerto Nuevo ha sido un poquito más grave porque nosotros somos restaurantes de destino, fin de semana, aniversario y no estamos dentro de una población que tenga un mercado tan grande”.

“Nos ha funcionado medianamente bien, obviamente no es lo mismo a tener el restaurante abierto, pero nos da la oportunidad de mantener al personal en la nómina. Son 30 empleados, 30 familias dependen de nosotros”, dice Bautista.

El restaurante realiza hasta 200 servicios por día (se abre viernes, sábado y domingo), en la normalidad, cuando abre sus puertas y los turistas, en su mayoría estadounidenses, hacen fila para tener un turno y degustar la langosta.

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Puerto Nuevo surgió en los años 50 cuando un grupo de familias que vivían en esa zona de Playas de Rosarito (aunque todavía no existía el municipio), vendían la langosta en sus hogares y tuvieron la idea de unirse para crear las empresas restauranteras para convertirlas en una tractivo turístico.

Con restaurantes amplios (de 15 a 20 meses familiares), terrazas con vista al mar y música en vivo, conforman uno de los destinos favoritos de los visitantes extranjeros.

“Nosotros hacemos un esfuerzo para que llegue Puerto Nuevo a la casa de las personas”.

Rumbo a la llamada “nueva normalidad”, el empresario considera que es una oportunidad para actualizar los servicios a los clientes.

“Sí se le ha tenido que invertir, porque, por ejemplo, hay que comprar más desechables, aparte de adquirir todos los insumos de seguridad que ahora la autoridad nos está requiriendo: gel, mascarilla, guantes, careta; también el tema de la gasolina y el traslado, pero si lo pones en una balanza, se puede compensar”.

En el caso del restaurante de La Casa de la Langosta y Puerto Nuevo II, por ejemplo, el servicio a domicilio será permanente, aunado a las capacitaciones al personal, en materia de salud, con el fin de que protejan su salud y la higiene de los comensales.

“Hemos ido mejorando conforme han pasado estas semanas”.

Junto a La Casa de la Langosta y Puerto Nuevo II, el restaurante Sandra’s se unió a esta iniciativa y lleva la langosta a domicilio, desde Playas de Rosarito a los hogares tijuanenses.

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