Atacan refinerías de Saudi Aramco con drones de 15 mil dólares

Al menos diez Qasef K2, aviones no tripulados (drones), se utilizaron en los ataques contra las refinerías de la petrolera Saudi Aramco, en Arabia Saudita, que hoy tienen las alarmas encendidas en las petroleras en el mundo. 

Los drones utilizados tienen un costo aproximado de 15 mil dólares y son fabricados en Yemen. Pueden ser controlados a 100 kilómetros de distancia y alcanzan una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora. 

Están equipados con baterías que les posibilitan estar cerca de 90 minutos en el aire. 

El Ejército yemení, respaldado por el movimiento popular Ansarolá, confirmó el pasado sábado haber atacado las instalaciones petroleras en Buqayq y Khurais de la compañía petrolera saudita Aramco. 

The New York Times aseguró que que este evento demostró “cuán barato se ha vuelto perpetrar tales ataques de alto nivel”.

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En contraste el pasado marzo, Estados Unidos probó su drone el Valkyrie XQ-58A subsónico, de largo y alto alcance. Tuvo un costo de entre 2 y 3 millones de dólares por cada unidad.

Logra las dos mil millas y velocidades de vuelo de hasta 652 millas por hora. Puede despegar desde una pista como lo hace un avión o desde un cohete.

Los primeros drones en ser desplegados con fines de combate datan del año 1980 en la guerra que se dio entre Irán e Irak.  Estos aparatos han adquirido mayor reconocimiento mundial por el uso que Estados Unidos les ha dado en los últimos años en la guerra que libra contra el terrorismo.

No es la primera vez que el Ejército yemení perpetúa un ataque contra Arabia Saudita y sus aliados gracias a su desarrollo tecnológico. Sus aviones no tripulados y misiles balísticos ya atacaron distintos objetivos militares y centros estratégicos en los últimos meses.

El diario neoyorquino destacó que los aparatos teledirigidos pusieron en jaque a Arabia Saudita y este régimen fue incapaz de hacerles frente a pesar de contar con las capacidades financieras, militares y de inteligencia necesarias para ello.

“Esto se ha convertido en un desafío al que los saudíes no pueden hacer frente, sin importar cuáles sean sus capacidades financieras, militares o de inteligencia”, señaló Farea al-Muslimi, cofundadora del Centro de Estudios Estratégicos de Saná (capital yemení), citada por NYT.

En 2018, Arabia Saudita ocupó el tercer lugar en gastos en equipamientos militares a nivel mundial, con una inversión de 67.6 mil millones de dólares.

Por Alfonso López Orrante