Boris Johnson es excéntrico y poderoso

El neoyorkino y primer ministro británico, Boris Johnson, marcará una nueva página en la historia de su país. El próximo 31 de octubre debe concretar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea con o sin acuerdo para concretar el llamado Brexit.   

El mediático nuevo primer ministro realizó sus estudios de secundaria en la famosa escuela de Eton, fundada por Enrique VII en 1440 y a la que han asistido 19 primeros ministros, así como príncipes, diplomáticos, académicos y héroes militares.

Antes de su actual cargo, primero fue periodista, luego parlamentario, alcalde de Londres y ministro de Exteriores y casi todos sus logros han estado acompañados de ácidas polémicas.

De familia adinerada, Alexander Boris de Pfeffel Johnson (con antepasados turcos, franceses y alemanes) nació en Nueva York en 1964, sabe sacar partido a su imagen de inglés excéntrico y erudito que no le tiene miedo al ridículo, y así lo hizo para convertirse en el premier británico en sustitución de Theresa May.

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Boris se graduó en Estudios Clásicos por la Universidad de Oxford, donde fue elegido presidente de la asociación de estudiantes en 1986 y empezó su carrera como periodista en el diario The Times, pero fue despedido tras falsificar una cita sobre el supuesto amante de Eduardo II y atribuirla a su padrino, el historiador de Oxford Colin Lucas, según medios británicos.

De ahí fue contratado en el The Daily Telegraph, como corresponsal en Bruselas durante cinco años. Sus artículos sí ejercieron influencia en el crecimiento del euroescepticismo entre la derecha británica, que es la corriente que impulsa la separación de Reino Unido de la Unión Europea.

Llegó a la capital europea —donde había vivido de niño— como un periodista “bastante convencional”, pero “cuanto más aparecía en portada, más tenía que cumplir las expectativas del personaje que había desarrollado”, dijo Charles Grant, quien trabajaba entonces para The Economist, en Bruselas.

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Apodado por la prensa inglesa como BoJo, desde niño tenía claro que quería ser el “rey del mundo”. Es sin duda, uno de los políticos más populares entre los ingleses.

Es legendario cómo decidió a última hora posicionarse a favor del Brexit en contra del criterio de David Cameron, el entonces primer ministro, por puro oportunismo, una postura que siempre ha caracterizado a Johnson.

La personalidad que simboliza “a Boris siendo Boris” tal vez sea la que dejó cuando era alcalde de Londres al quedarse colgado de un cable mientras celebraba la primera medalla de oro británica en los Juegos Olímpicos de 2012.

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The New York Times destacó en un editorial que Johnson al igual que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, era “un hombre blanco y corpulento con cabello rubio, con una base de admiradores, una vida privada poco fiable y una relación débil con la verdad y los principios”.

Hoy Boris Jonhson tiene en sus manos uno de los cargos de mayor tradición en la política británica, el de primer ministro, gente como Winston Churchill y Margaret Thatcher dejaron su huella en la historia del reino. Hoy es su turno y la misión es de decidir el futuro de una de las potencias del mundo. 

Empezó su carrera como periodista en el diario The Times, pero fue despedido tras falsificar una cita sobre el supuesto amante de Eduardo II y atribuirla a su padrino, el historiador de Oxford Colin Lucas.

Por Alfonso López Orrante