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Los fertilizantes son un mal negocio para Pemex

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El negocio de fertilizantes para Petróleos Mexicanos (Pemex) se convirtió en un mal negocio, ya que ha dejado un pérdida de 212 millones de dólares y no han puesto operación tres plantas de producción en Veracruz, advierte la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

“Se reconoció una pérdida de 212 mil 600 mil dólares por efectos de deterioro correspondientes al valor de las tres plantas en que se omitió su proceso de rehabilitación, sin que se previera reanudarlo en el corto y mediano plazo”, señala el organismo a cargo de David Colmenares.

Bajo la dirección de Emilio Lozoya Austin, quien es buscado por la Fiscalía General de la República por diversos delitos, invirtió y compró dos plantas para crear la filial Pemex Fertilizantes.

El 15 de enero de 2014, PMI firmó un contrato para la compra de los activos de Agro Nitrogenados, una planta de fertilizantes que tenía 14 años sin operar y “en las prácticas de negocios no se conoce que se otorguen garantías a bienes con considerable antigüedad y que no están en funcionamiento”.

El precio inicial de la planta de fertilizantes pagado a Alonso Ancira, presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México, fue de 275 millones dólares, y le destinaron para rehabilitar una inversión de 200 millones de dólares. Es decir, Pemex gastó 475 millones de dólares para quedarse con los activos y echarlos andar.

Otro negocio adquirido por la paraestatal en tiempos de Lozoya Austin fue Fertinal, que compraron el 28 de enero de 2016  en unos 650 millones dólares. El pago fue realizado con recursos disponibles obtenidos a través de financiamientos con Banobras, Nafin y Banco Azteca.

Al día de la compra una subsidiaria de Fertinal estaba en bancarrota y otra sin operación desde 2001, además vendió dos de sus subsidiarias, cuya actividad era brindar servicios de transporte aéreo, en 2015.

Pemex Fertilizantes, una filial creada con la compra de Agronitrogenados y Fertinal, incurrió en falta de liquidez y endeudamiento, debido a una deficiente planeación, manifiestan los auditores.

“La entidad fiscalizada no contó con el personal que debía tener contratado y capacitado para encargarse de los trabajos previos que se debieron realizar para ejecutar las pruebas de arranque, la operación y el mantenimiento de las plantas de Urea 1 y 2”, señala la ASF.

“No se consideró la disponibilidad de materias primas de la cadena gas natural-amoniaco-bióxido de carbono urea que inciden directamente tanto en la puesta en marcha, el funcionamiento y la producción de los fertilizantes nitrogenados”, agrega.

Por Enrique Jiménez

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