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Sonora

Buscadoras desentierran a sus desaparecidos en Sonora

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Por Astrid Arellano

HERMOSILLO, Sonora. Con palas, picos, varillas, láser y robótica un colectivo y un laboratorio del gobierno de Sonora buscan dar certeza a las familias, quienes tienen un desaparecido.

El trabajo y el rastreo de fosas clandestinas y el análisis genético de los cuerpos, restos y osamentas humanas encontradas lo están haciendo las Guerreras Buscadoras de Sonora y la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), quienes avanzan en dar respuestas a los sonorenses ante el escenario desolador que se expande a nivel nacional.

Hasta la fecha, su trabajo coordinado entregó 22 cuerpos plenamente identificados a sus respectivas familias para un entierro digno.

Mientras las Guerreras Buscadoras sienten, olfatean, escarban y remueven la tierra en una labor que ninguna autoridad se había atrevido a hacer, ahora, el Laboratorio Científico Forense (CIF) de la Fiscalía, un espacio inaugurado en enero de 2019 en Hermosillo, trabaja en la identificación de los cadáveres, restos y huesos a través de pruebas genéticas.

Este sitio abierto con la intensión de dar sustento científico a la investigación del delito, ha sido fundamental para el trabajo del colectivo, en atención a una alianza nunca antes vista en Sonora entre la sociedad civil organizada y las autoridades encargadas de la procuración de justicia.

El laboratorio se ha visto en la necesidad de mantener bajo reserva sus alcances investigativos, pues está propenso a que los grupos criminales cambien sus conductas para evitar ser identificados al incurrir en un delito.

Los tiempos de espera para obtener resultados certeros en la identificación de un cadáver se han reducido drásticamente de seis meses a sólo 15 días.

De acuerdo con el primer reporte de fosas clandestinas de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas y que reconoce “una crisis forense en México”, entre el 1 de diciembre de 2018 y el 13 de mayo de 2019.

Sonora se convirtió en el segundo estado de la república con el mayor número de fosas clandestinas. Solo en cinco meses, se encontraron 35, de donde se exhumaron 55 cuerpos.

Y, según las cifras más recientes documentadas hasta la primera mitad de junio de 2019, en un segundo reporte, Sonora descendió al cuarto lugar de la lista, al sumar una fosa clandestina más.

En abril de este año, el grupo integrado por mujeres —madres, hijas, hermanas, abuelas— de personas víctimas directas de desaparición forzada y desaparición cometida por particulares, logró atraer los ojos de toda una población al encontrar el cementerio clandestino más grande del que se tiene registro en el estado: El Campo 30, un espacio internado en el monte del ejido Francisco I. Madero, en Cajeme, Sonora.

Sólo de allí, en unas 10 horas de trabajo distribuidas en dos jornadas, con palas, picos y varillas, las Guerreras destaparon 20 fosas y extrajeron 30 cuerpos. Un par de semanas antes, ya habían encontrado los restos de ocho personas más en la misma zona.

Con estos hallazgos y de acuerdo con los datos revelados por la Comisión Nacional de Búsqueda, Cajeme se convirtió en el tercer municipio de la república con el mayor número de fosas clandestinas, al concentrar el 6.1% del total.

Tecnología de punta

El CIF cuenta con tecnología mecánica, láser y robótica para dar precisión y certeza en los procesos de investigación en las disciplinas de química, genética, balística y criminalística, mientras que su equipo de peritos ha sido capacitado en Viena, Austria, Inglaterra y Estados Unidos.

Y, de acuerdo con la información que la misma Fiscalía ha difundido, su laboratorio se convirtió en el primero a nivel nacional en equiparse de manera integral para la práctica de las especialidades forenses.

Dentro de su tecnología específica para las pruebas genéticas, cuentan con un sistema en tiempo real para determinar existencia o no de ADN, además de robots que automatizan su extracción, purificación, cuantificación y ampliación.

En un recorrido realizado por Cobertura 360 al interior del laboratorio, Alejandra Antelo, perito en genética, explicó que con la introducción de la nueva tecnología al trabajo del equipo forense, se eliminó casi en su totalidad el error humano.

“Lo que se hacia manualmente, ahora los ‘robots’ lo optimizan, porque ahora, por ejemplo, se trabaja con más de 200 muestras en solo 40 minutos, esto nos ha ahorrado mucho tiempo y nos ha dado mejores resultados; son máquinas que están programadas por el ser humano, pero eliminan mucho el error humano que siempre está presente al momento de realizar los procesos o las técnicas”.

Mediante una solicitud de acceso a la información pública, la Fiscalía informó que la creación del CIF tuvo una inversión total de más de 61 millones de pesos.

De estos, 7 millones 562 mil 301 pesos se emplearon en remodelar y adecuar el edificio que alberga al laboratorio; mientras que en la adquisición e instalación del equipo forense de última tecnología, se invirtió la mayor parte: 53 millones 847 mil 125 pesos.

Por último, se utilizaron 531 mil 516 pesos en el suministro e instalación de equipos de aire acondicionado.

Su construcción inició el 27 de abril de 2018 y la obra se entregó siete meses después, el 09 de noviembre del mismo año. La inauguración y puesta en marcha de sus operaciones, fue a inicios de este año, el 21 de enero de 2019.

De los 50 cuerpos y restos óseos que las Guerreras han encontrado en municipios como Guaymas, Empalme, Cajeme y Hermosillo y que entregaron a la Fiscalía para ser analizados por el CIF, 22 ya han sido plenamente identificados y entregados a sus familias, mientras que el resto está en espera de que los posibles familiares acudan para realizarse las pruebas y confrontar los perfiles genéticos de los cuerpos que ya se encuentran integrados en una base de datos.


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